Hasta hace pocos días, la película más vista en los cines españoles en lo que va de 2012 era la tragicomedia francesa Intocable, disfrutada por dos millones y medio de espectadores a lo largo de sus cinco meses de exhibición en nuestro país, lo que ha implicado una recaudación superior a los dieciséis millones de euros.
Las cifras de Intocable eran muy meritorias, superiores a las logradas en España por superproducciones como Los Vengadores o El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace. Sin embargo, palidecen frente a las que acaba de hacer públicas Warner Bros. en relación con el drama catastrofista de Juan Antonio Bayona Lo imposible, protagonizado por Naomi Watts y Ewan McGregor.
Lo imposible se estrenó el pasado 11 de octubre. Pues bien, en apenas once días, ha sido vista por 2.700.000 espectadores, lo que se traduce en casi veinte millones de euros en taquilla. La película de Bayona se ha convertido en eso que suele llamarse fenómeno social, instigando anécdotas varias (como esos supuestos desmayos durante su proyección debido a la crudeza puntual de sus imágenes) e innumerables debates en medios y redes sociales sobre la nacionalidad de la película o lo ético de sus planteamientos.
Algunos especialistas apuntan a que Lo imposible podría acabar siendo vista por más de seis millones de españoles, lo que la situaría en segundo lugar de entradas de cine vendidas en nuestro país tras lo conseguido por Los otros (6.400.000 espectadores) en 2001.
En todo caso, estas previsiones variarían si la película de Bayona figurase, como empieza a comentarse, en las candidaturas de los premios que se otorgarán de aquí a febrero de 2013, incluyendo los Oscar.