En esto van un ciego, un sordo y un cojo y... parece que vayamos a contar uno de esos chistes malos, pero si decimos que es la premisa de la nueva comedia de Joaquín Oristrell ya empezamos a pillarle la gracia. Porque Va a ser que nadie es perfecto parte de una idea muy fresca y original con un tratamiento de las minusvalías hecho desde el cariño y el buen rollo. Ya lo hizo su guionista, Albert Espinosa con el guión de Cuarta planta en la que se narraba las experiencias de unos niños enfermos de cáncer. La película fue un rotundo éxito de taquilla y en este caso las pretensiones apuntan alto con un reparto sólido acostumbrado a lidiar con este tipo de género.. Así pues, demos paso a este trío de atípicos protagonistas: Carlos (Fernando Tejero) es ciego, le encanta el cine y es el que mejor lleva su minusvalía. Rubén es sordo y aficionado a las mujeres. El contrapunto lo pone Daniel (Jose Luís García Pérez) el cojo, un tipo lleno de mala leche pero de buen corazón. La acción transcurre en una noche, antes de la boda de Carlos, una despedida de soltero donde todo puede pasar.
Reputado guionista, Joaquín Oristrell se ha lanzado al ruedo por primera vez con un guión ajeno aunque lo haya hecho suyo a través de un enfoque desenfadado y divertido donde se narra las vivencias de este simpático trío.
En manos del director de Sin vergüenza, Novios o Inconscientes, esta comedia de tono ligero funciona gracias a unos gags en los que prevalece un humor de lo más blanco bajo el prisma de la sana intención. La construcción de los personajes suponía todo un reto en cuanto a mostrar las minusvalías sin traspasar el límite de lo políticamente correcto. Oristrell ha hecho un conjunto un buen trabajo en la dirección de actores como ya quedó demostrado en sus anteriores largos y sale airoso con este nuevo proyecto que intenta alejarse de los tópicos que envuelven a personas afectadas por ciertas taras haciéndonos pasar un buen rato sin más pretensión que la de hacernos reír.