El anuncio la semana pasada de que Johnny Depp protagonizará y producirá para Disney una versión contemporánea del Don Quijote de Miguel de Cervantes escrita por Jeff Morris y Steve Pink, podría desembocar en el final de la larga amistad entre el actor y el director Terry Gilliam, para el que Depp ha interpretado Miedo y asco en Las Vegas (1998) y El imaginario del Doctor Parnassus (2009).
Y es que ambos han estado implicados durante años en The Man Who Killed Don Quixote [El hombre que mató a Don Quijote], otra adaptación de la obra de Cervantes cuyo rodaje abortado en 2000 llegó a dar lugar a un documental (Lost in La Mancha) y cuya producción se supone podría haberse puesto en marcha nuevamente con Robert Duvall como el caballero de la triste figura (en sustitución de Jean Rochefort) y Depp como antaño (en la imagen) como Sancho Panza.
Los planes de Depp con Disney parecen indicar que está muy interesado en el argumento y que se ha cansado de esperar a Gilliam, cuya carrera cinematográfica está innegablemente caracterizada por lo errático y lo inconcluso. De hecho, durante la promoción en 2009 de Enemigos Públicos, el actor empezaba a distanciarse del realizador:
“Para ser honestos, lo que pasa con Terry… Amo a Terry, y haría cualquier cosa que me propusiera. Pero en lo relativo a El hombre que mató a Don Quijote… Estaré muy ocupado durante los próximos años, así que odiaría colocarle en una posición en la que tuviese que esperarme para hacerla. Sería un problema. Creo por otra parte que nuestra aventura quedó muy bien reflejada en Lost in La Mancha, y que quizás sería un error por mi parte volver a aquello. No sé si Terry piensa lo mismo, pero si él quiere insistir…”
Preguntado esta semana por la decisión de Depp de abordar a Don Quijote sin él, Gilliam se ha mostrado gélido, afirmando que “Johnny es libre de hacer lo que quiera” pero añadiendo que “tendremos que aclarar esto” y que le enviará una carta para pedir explicaciones sobre el estado en que queda El hombre que mató a Don Quijote.