Inspirada en la historia real de Daniel Burros (aquí Danny Bailint) personaje que, haciendo honor a su apellido, emprendió una cruzada personal anti-sémitas pese a ser judío, The Believer nos ofrece una auténtica muestra de resentimiento y complejos raciales con ciertas similitudes a "American History X". Menos efectista que la anterior, y partiendo de un guión sólido que desprende elocuencia e incongruencia a partes iguales para construir el carácter del protagonista, esta nueva visión de un conflicto racial gana enteros al tener una base real en que apoyarse. Las permanentes argumentaciones en defensa de la opresión judía, el culto a la barbarie nazi y a sus prácticas genocidas, se van planteando paralelamente a una ideología contradictoria que no acaba de definirse, con un carácter disidente desde la infancia, que termina por degenerar pero sin tomar una dirección definida.
Con un final marcado de antemano por el autodestructivo caso de que se sirve, esta se convierte en una buena manera de retomar temáticas de enjundia enfocando la faceta hipócrita y simplista donde se apoyan, dando una clara muestra de que en este mundo tiene que haber de todo.