El cineasta norteamericano Robert Altman falleció el lunes 20 de noviembre con 81 años de edad, como consecuencia de un cáncer diagnosticado hace unos meses.
Altman se hallaba inmerso en la preproducción de su próximo proyecto, que pensaba empezar a rodar en febrero de 2007. Su última película, A Prairie Home Companion, aún no se ha estrenado en España.
En la filmografía de Altman abundan títulos ya convertidos en clásicos del cine norteamericano: MASH (1970), Los Vividores (1971), Nashville (1975), El Juego de Hollywood (1992), Short Cuts (1993). Pero su inteligencia y su maestría cinematográfica no le habían abandonado en la vejez, como han demostrado Gosford Park (2001) y The Company (2003).
Su obra, caracterizada en lo formal por el uso de planos largos y generales en los que se solapan las acciones y los diálogos de muchos personajes, y en su discurso por una intención crítica y satírica, le hizo merecedor de un León de Oro en Venecia, la Palma de Oro y el premio al mejor director en Cannes, un Globo de Oro, el Oso de Oro en la Berlinale, y dos galardones de la Academia Británica de Cine.
Altman nació en 1925 en Kansas City (Missouri), localidad y época a la que dedicó uno de sus films más personales, Kansas City (1996). Tras militar durante un tiempo en las fuerzas aéreas se trasladó a Hollywood, donde ejerció como actor, compositor musical y guionista.
Al no lograr abrirse paso en la industria regresó a su ciudad natal y se empleó en una compañía productora de documentales educativos y publicitarios. Allí se curtió en la realización, y la experiencia sí le sirvió para introducirse en el mundillo de la televisión, medio para el que dirigió numerosos programas de ficción hasta saltar definitivamente al cine a mediados de los 60 del pasado siglo.