Reincidiendo en el terreno que mejor se le da, la directora Nancy Meyers vuelve a ese género tan querido por Hollywood que es la comedia romántica. Al igual que sucedía en su anterior “Cuando menos te lo esperas”, su nuevo film se dedica a repasar los tira y afloja emocionales de un grupo de personajes que a través de sus relaciones buscan encontrarse a sí mismos.
Como es usual en el género, “The Holiday” es eminentemente una película de personajes y es en el carisma y el buen hacer de sus intérpretes donde reside la verdadera fuerza de la historia. Consciente de ello, la realizadora ha sabido cubrirse las espaldas y reunir un reparto de relumbrón a la hora contar la historia de dos mujeres que tras una serie de tropiezos amorosos deciden cambiar de aires intercambiando sus respectivas residencias en la soleada California y la campiña inglesa, lo cual les llevará también a intercambiar sus relaciones e incluso sus vidas. Así, en la parte femenina de la ecuación tenemos a la siempre solvente Kate Winslet en el papel de la depresiva Iris y Cameron Díaz –más atinada aquí que en sus ultimas comedias- como la desengañada Amanda. Ambas, cada una en su estilo, saben cómo hacer crecer a sus personajes y transmitir al público el viaje emocional que el canje de entorno les supone. Por su parte, el lado masculino de la historia viene a estar representado por un correcto Jude Law y un Jack Black que cambia aquí de registro, abandonando la comedia más física y gamberra que parece haberse convertido en su sello de identidad para componer un personaje comedido pero igual de carismático. En cuanto a los secundarios hay que destacar la presencia del veterano Eli Wallach -el inolvidable Tuco de “El Bueno, el Feo y el Malo"- en la piel de un antiguo guionista del Hollywood de la edad de oro que hace las veces de consejero para el personaje de Winslet.
Por supuesto, como mandan los cánones del género, no pueden faltar las notas agridulces que harán replantearse su fuero interno a las protagonistas y hacer avanzar la trama, la cual discurre a un ritmo pausado, con una puesta en escena correcta adornada con algunos momentos de acertada pericia visual, como en los que el subconsciente de Amanda (Díaz) examina su vida en formato de trailer cinematográfico. Meyers apuesta en todo momento por la fuerza de sus personajes y sus respectivos intérpretes, haciendo que la audiencia se vaya interesando por ellos y sus devaneos sentimentales. Se nota que la realizadora – también guionista- sabe como manejar los resortes del género y los usa aquí para hacer una historia clásica, sin rehuir los tópicos y lugares comunes del mismo pero logrando que el uso de los mismos no sea tan evidente o al menos que no importe. Además del tono edulcorado otro rasgo son las continuas referencias a los clásicos de la comedia romántica, especialmente a través del personaje de Wallach, si bien todas esas referencias son meramente verbales, se hecha en falta la mordacidad y el humor soterrado que solían caracterizar a gente como Howard Hawks, George Cuckor o Leo McCarey. El vitriolo con el que aquellos solían trufar sus historias ha sido sustituido aquí por un tono amable y dulce que en ocasiones empalaga.
En resumen, si bien Nancy Meyers no está ni de lejos a la altura de uno de los clásicos antes citados ni su película puede medirse con las de aquellos, con “The Holiday” consigue que la audiencia pase un rato agradable y entretenido que no decepcionará a quienes busquen cultivar su faceta sentimental.