Recién terminado 2006, ya se puede computar cuáles han sido las películas que más espectadores han arrastrado a las salas de cine a lo largo del año. Y el primer puesto, a mucha distancia del resto de competidoras, ha sido para Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto, segunda entrega de las aventuras del capitán Jack Sparrow (Johnny Depp).
El Cofre... se ha hecho con 1.060 millones de dólares, superando en un 40% las cifras de taquilla de su predecesora, La Maldición de la Perla Negra (2003), y dejando atrás grandes éxitos de los últimos años como Parque Jurásico (1993), La Amenaza Fantasma (1999) o Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001). Tan solo Titanic (1997) y El Retorno del Rey (2003) han soportado el abordaje de estos Piratas, cuya tercera aventura, En el Fin del Mundo, se estrena el próximo 25 de mayo.
La segunda posición es para El Código Da Vinci, adaptación de la novela homónima de Dan Brown a cargo de Ron Howard y Tom Hanks, que ha obtenido 750 millones de dólares, lo que ha hecho inevitable el rodaje con el mismo equipo de Ángeles y Demonios, otro libro de Brown, a estrenar en 2008.
Ice Age 2: El Deshielo es la tercera producción más taquillera del año (623 millones de dólares), confirmando el inagotable filón de la animación digital para niños. Una apuesta más arriesgada, al menos de cara a los admiradores de 007, Casino Royale, se salda con unos espectaculares 460 millones de dólares a nivel mundial (cuarto lugar por tanto), y eso que la película acaba de estrenarse.
X-Men: La Decisión Final, Cars, Mission: Impossible III, Superman Returns, Vecinos Invasores y El Diablo Viste de Prada completan los diez primeros puestos en cuanto a recaudaciones, aunque es posible que entre ellas terminen por colarse Happy Feet o la última comedia de Ben Stiller, Noche en el Museo.
Un año mejor que 2005 para la industria norteamericana -que como puede comprobarse ha vuelto a copar las taquillas- pero que no termina de aclarar el futuro de la exhibición cinematográfica ni convencerá a quienes piden a Hollywood un mínimo grado de originalidad o madurez.