Existen rostros dentro de la industria de Hollywood que sólo con obsequiar media sonrisa captan la atención de medio mundo. A bote pronto, se me ocurren dos nombres que tienen ese poder valorado en veinte millones de dólares: Tom Cruise y Julia Roberts.
Aunque parezca extraño, la situación de estos dos artistas de renombre puede generar un pequeño inconveniente, puesto que esa enorme popularidad no deja ver en ocasiones al personaje que están dando vida. Personalmente diré que con Julia Roberts me pasa algo insólito, me da la impresión de estar interpretando siempre la misma película sólo que con ligeros retoques en el peinado.
Con frecuencia se ha comentado que realiza papeles hechos a su medida y ahora con más razón, cuando ha creado su propia productora Red Om (y recordamos que hace algunos años se interpretó a sí misma en "Nothing Hill"). Esto impide disfrutar de esta gran actriz en otro tipo de registros, contentándose con papeles amables, poco valientes que desperdician su talento.
Con esta nueva producción, la Roberts se erige una vez más como baluarte de las causas perdidas (algo que también hizo ya en "Erin Brockovich", reportándole un Oscar) esta ocasión de la mano de katherine Watson, profesora liberal que debe enfrentarse con unas resabidas jovencitas en una elitista escuela femenina.
Como es lógico, Julia captará la atención de las féminas abriéndoles el camino a nuevos aprendizajes en una época donde las mujeres sólo podían aspirar a ser "esposas de".
Ambientada en los años 50 -llegados a este punto me asaltan preguntas sin respuesta: ¿Por qué el vestuario de la Roberts y su moderno peinado no tiene nada que ver con la década que se supone está viviendo? ¿acaso debía destacar más, si cabe, del resto de las actrices que la acompañan?- "La sonrisa de Mona Lisa" proporciona lo que promete, limitado film con mensaje, la propuesta fílmica queda en la superficie y lo único que recordamos con seguridad es esa gran sonrisa de la estrella que domina con soltura y profesionalidad. Los demás personajes se encuentran subordinados a su presencia, y eso que el nivel de las niñas-actrices que la rodean es superior a la media (Kristen Dunst, Julia Stiles y atención a una Maggie Gyllenhaal, de futuro prometedor).
El resultado entretiene, que no es poco, y algo que en un principio alcanzaba más compromiso se convierte en un adulcorado film de final amoroso mal resuelto que cumple a la perfección con unos códigos prefabricados y efectistas.
Se pasa bien el rato pero..¿Para cuando una buena película de "la novia de América"?.