Entre los últimos estertores de la multitudinaria manifestación celebrada el mismo 13 de enero, el Palacio de Correos de Madrid se vestía de gala para acoger a la gran fiesta del cine español. No se trata de los Goya en sí, sino de la Gala de sus nominados. Mientras el evento de reparto de premios ha ido en soporifera progresión, la gala de los nominados termina siempre por convertirse en un acto más distendido y aceptado.
Ante una desaforada multitud, las estrellas del panorama patrio fueron haciendo aparición sobre una alfombra roja al más puro estilo Hollywood. Dentro les esperaba una gala sobria, pero amena, en la que las sonrisas y felicitaciones se repitieron hasta altas horas de la noche.
Marcada por importantes ausencias, fue presentada por la directora y la presidenta de la Academia, Ana Arrieta y Angeles González-Sinde. A continuación se entregó el premio Segundo de Chomón, por su aportación técnica al mundo del cine, a Santiago Gordo.
Aún así los verdaderos protagonistas fueron los nominados, que se fueron nombrados entre aplausos y flashes, y dejaron entrever sus nervios y esperanzas de victoria en un ambiente ameno y festivo.
A falta de estrellas internacionales (Penelope Cruz, Pedro Almodovar, Daniel Brühl o Viggo Mortensen no pudieron asistir), Maribel Verdú, nominada a mejor actriz protagonista por El laberinto del Fauno, fue una de las grandes protagonistas de la noche, aunque confesó no sentirse entre las favoritas con gran rotundidad: "Soy muy realista. No me lo llevo ni de coña. Hay gente muy buena compitiendo conmigo, entre otras Penélope Cruz".
Otro foco de atención de la noche, Ariadna Gil, celebraba el estar presente en dos de las grandes favoritas: Alatriste, por la que está nominada como actriz secundaria, y la anteriormente mencionada El Laberinto.... Aún así compartió con su compañera de reparto su visión pesimista de las posibilidades de ganar. "Estoy muy contenta por la nominación, este papel me ha dado muchas alegrías, aunque he de confesar que lo veo muy negro para ganar". No es para menos, pues se enfrenta a practicamente todo el plantel secundario de Volver, la gran favorita (Carmen Maura, Blanca Portillo y Lola Dueñas). Esta última fue la única representante de la película de Almodovar, y confesó sentirse felíz de optar al premio con "la mejor competencia que se puede tener".
Entre los invitados, muchas jovenes promesas y alguna que otra sorpresa, como el nominado como mejor director novel, Carlos Iglesias, que no es otro que el Benito de la recientemente retomada serie de Manos a la Obra, o la presencia de Miguel Angel Muñoz, (el MAM de UPA Dance), muy contento por su prometedora carrera mucical en paises como Francia o Italia (¿?). Otra de las sorpresas de la noche llegó de la mano de Bebe, vestida y peinada con un look tan elegante y clásico que muchos de los periodistas ni siquiera la reconocieron. La extremeña tambien hace doblete al estar nominada como mejor actriz revelación por La Educación de las Hadas y como mejor canción por el tema principal de la misma película, que firma junto con Lucio Godoy.
Junto a ella, jovenes talentos como la deslumbrante Verónica Echegui, nominada por su interpretación en Yo soy la Juani o Quim Gutiérrez, (Azul Oscuro Casi Negro), que no escatimó palabras a la hora de compartir su felicidad por la nominación: "Fantaseaba con la idea de estar nominado, pero tenía mucha inseguridad y sentimientos muy contradictorios al respecto. Ahora que estoy nominado voy a celebrarlo y a esperarlo con mucha ilusión, es una tontería desperdiciar la oportunidad de celebrar esto con tus compañeros y tu familia por miedo a no llevarte el Goya. Si no me lo dan, pues me sentire triste, me iré de borrachera y al día siguiente seguiré trabajando con las mismas ganas y la misma ilusión de antes".
"Para mí la celebracion es que me lo den. En si mismo ganar un Goya ya es una celebración, asi que no creo que haga nada especial" dijo Quim Gutierrez, pero podría haber salido de la boca de cualquier otro nominado. Todos especularon sobre que pasaría si se quedaran a las puertas de ganar el premio, pero el fantasma de la victoria planeaba por la sala sin que ningún nominado quisiera apropiarselo. Bien por falsa modestia, bien porque no hay un claro favorito en muchas de las categorías, ninguno se las prometía felices para el 28 de Enero, día en el que se entregarán las preciadas estatuillas. Agustín Diaz Yanes, nominado como mejor director por Alatriste explicaba con diplomacia el motivo de tanto excepticismo: "Este ha sido un buen año para el cine español. Hay una gran calidad artistica y va a ser dificil hacerse con un Goya."
El cineasta, ganador de dos premios de la Academia como guionista y director de "Nadie Hablara de Nosotras Cuando Hayamos Muerto", se quitaba merito ante la avalancha de nominaciones recibidas (la que opta a más galardones, nada menos que quince) afirmando que la película ha sido mucho más facil de rodar de lo que parece, y que ha contado con el apoyo de grandes profesionales y asesores, como Arturo y Antonio Cardenal, artifices de que surgiera el ambicioso proyecto. "Yo ya habia leido los libros de Reverte, pero no pensaba que se pudiera hacer una pelicula así en España. Ellos me lo ofrecieron, había un gran equipo detras también, había aportaciones economicas suficientes para hacer una gran pelicula, así que me decidí".
Y la gala
Además de fantasear sobre las opciones de cada uno de los nominados, una de las preguntas más insistentes fué la posible duración y dudosa agilidad de la gala del 28 de Enero. Este año se estrena el comico José Corbacho como presentador y guionista de la misma, quien afirma estar planeando una gala "muy a lo Billy Crystal" contra los augurios más pesimistas respecto a una Gala que ha ido perdiendo adeptos en los últimos años. El 28 de Enero se disiparán esta y muchas otras dudas y pronósticos.