La nueva película del director italiano Gabriele Salvatores (Mediterraneo, filme que consiguió ante la sorpresa de todos el Oscar a la mejor película extranjera en 1992) se acerca a la larga tradición del cine negro apostando por una historia cuya base se equipara en esencia con algunos clásicos del género. En cierto modo, la conexión de nuestra protagonista (Angela Barardi) con los grandes modelos del "filme noir" se consolida gracias a una descripción representativa de sus rasgos, esto es, una detective privada en la cuarentena, de físico desaliñado y fuerte de carácter, que ejerce su oficio sin miramientos en la agencia privada que su padre tiene establecida en Bolonia. Su dieta consiste fundamentalmente en el consumo masivo de nicotina, sin otra compañía que la de su gato. Su anodina existencia se verá empañada tras recibir una caja con cintas de vídeo que contienen los secretos de su hermana Ada (Claudia Zanella), víctima del suicidio dieciseis años atrás.
Con esta premisa, Salvatores se vale de recurrentes flashbacks para ayudarnos a resolver el misterioso entramado propuesto, añadiendo de manera minuciosa determinadas pistas que incitan a descubrir la verdad acerca de la muerte de una joven aspirante a actriz. Una vez digerida la cinta, queda justificada la pasión de Salvatores por el cine –la producción se apoya en el uso de escenas de clásicos como El último tango en París de Bertolucci o M de Fritz Lang-, pero es una pena que la teoría diste mucho de la práctica. Y es que Quo badis baby? se inclina por una puesta en escena alejada de todo riesgo, únicamente conducida a modo de piloto automático sin opción a que la trama discurra más allá del mero formalismo. La cinta indaga en la búsqueda de la verdad a través de una narración mantenida por la previsibilidad de las secuencias, en la que únicamente despunta un final que eleva la media de todo lo acontecido.
Una vez superado el trago de haber trabajado con Christofer Lambert en Nirvana y haber gozado de buena reputación tras No tengo miedo, Gabriele Salvatores realiza aquí un ejercicio de revisión del cine policiaco que no pasará a la historia, aunque si que nos parece justo señalar que la cinta contiene ciertos hallazgos que la salvan de la quema.