Avanzar más y más en los deseos de sacar risas desde el asco. Machacar lo políticamente correcto a golpes de gag, a base de un humor entre infantil y puerco, pero siempre con una cierta inteligencia y justificado en los fines.
Era una vía difícil, y puede que a su manera la retirada no haya sido tan mala opción. Mejor eso que caer en desgracia ejerciendo de cochino gracioso.
Su última película, Amor ciego, era básicamente fallida. Desde el punto de vista de quiénes eran sus autores y lo que habían logrado antes, era un mero 'intento de'. Algo agravado por las lógicas decepciones de los que acudían movidos por antecedentes, y que apenas encontraban señales de sus desmanes e irreverencia.
Pues bien, de forma muy similar la nostalgia Farrelly nos llega en Pegado a ti. Si la Gwyneth Paltrow deformada en masa obesa dibujaba un ente grotesco de grasas, moldeadas a belleza vestal sólo para los ojos de Jack Black, la existencia de dos personas unidas por el hígado es de igual manera un instrumento con el que tener ya un terreno ganado: posteriormente se tratará únicamente de sacarle partido para explotar y justificar el uso de la deformidad.
Pero la humanidad que se filtra entre escenas e inunda lo que antes eran desenlaces de clímax, renuncia por una desubicada conciencia pasteloncia a lo que deberían ser muestras de un gamberrismo en que la crueldad quedaría apaciguada por lo cómico del esperpento. Domesticados pues los hermanos Farrelly, víctimas posibles de algún achaque de vejez creativa o de la falta de ímpetu para defender estilo, renuncian a buscar un salvajismo públicamente aceptable y se abandonan en demasiadas ocasiones a lo fácil y llevadero.
Como siempre, algunas escenas chocantes, algún personaje secundario dentro de ese elenco de fealdad y sujetos antiestéticos, hacen que se intuya su chispa. Pero a la hora de explotar el objeto de la broma, la reincidencia desmotivada que se apreciaba en Amor Ciego se reproduce, vuelven demasiadas veces sobre lo mismo, y sencillamente no llegan a más. Apoyos circunstanciales como la auto parodia de Cher no son más que anécdotas.
También es cierto que la pareja originalmente concebida para formar a los siameses ("gémelos unidos" según su propia nomenclatura) habría sido mucho más efectiva y surrealista. Con Jim Carrey y ni más ni menos que Woody Allen esto habría podido ser antológico. Algo que partía de la idea original en que el hermano con menos hígado envejecía más rápido.
Pero todas las reticencias de los estudios que fueron postergando la historia ideada durante el rodaje de otras aventuras de dueto cercano (Dos Tontos Muy Tontos) han acabado probablemente por moderar demasiado algo que podría haber sido mucho... pero aquí sus creadores no son explosivos, no son rudos ni zafios. No son Farrelly.