Mientras los ejecutivos de Disney deciden qué hacer con 20.000 leguas de viaje submarino, blockbuster que iba a dirigir para ellos David Fincher pero que está ahora en el alero tras la renuncia de Brad Pitt a protagonizarla y los fracasos de últimas superproducciones del estudio como John Carter y El llanero solitario, Fincher no pierde el tiempo y se embarca en otro proyecto de proporciones más reducidas.
Nos referimos a Perdida (Gone Girl), adaptación de la novela homónima de Gillian Flynn, un gran éxito de ventas tanto en Estados Unidos como en España (donde ha sido publicada por la editorial Mondadori con traducción de Óscar Palmer).
Fincher ha tardado en decidirse a realizar la versión cinematográfica de la novela, aunque su nombre había sido ligado a la misma casi desde su publicación en Norteamérica, dada su afinidad y maestría con el género de la intriga negra: Seven (1995), The Game (1997), La habitación del pánico (2002), Zodiac (2007), Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011).
Perdida (Gone Girl) es una enrevesada narración contada a dos voces por el matrimonio que integran Nick y Amy Dunne, cuya relación de cinco años sufre un vuelco brutal cuando ella desaparece, dejándole a él como principal sospechoso del suceso.
El protagonista masculino de Perdida (Gone Girl) será Ben Affleck, en su primer papel importante como actor (en los últimos años ha estado más centrado en la dirección y sus roles como actor eran secundarios o parte de films corales) desde Hollywoodland (2006).
Todavía no se sabe qué actriz dará vida a Amy Dunne, aunque como puede suponer el lector hay una batalla campal ahora mismo en Hollywood por hacerse con el personaje, que en principio iba a interpretar Reese Witherspoon y que ahora parece se disputan Natalie Portman, Charlize Theron y Emily Blunt.