¿Cómo describirías The Wolverine?
Quería hacer una película basada en un personaje real, que no fuera de un villano destruyendo una ciudad, un estadio de fútbol, un país o el planeta. La energía del film, su motor, su drama y su forma de llevarse provienen de un viaje del personaje. Es como un gran western o film de cine negro. Podemos tener toda esa acción, todos los confilctos, pero sigues interesándote en los protagonistas. No hay muchos films de esas características en la actualidad, las películas hoy día a menudo viven de una carrera permanente por el espectáculo que te deja atontado. Yo realmente quería asegurarme que teníamos ese espectáculo pero que también implicaba al espectador. Logan/Lobezno es un personaje asombroso y su postura y situación en nuestra película está muy hecha para hacer pensar, como lo hacen los temas que exploramos. Las ideas del comic original de Frank Miller y Chris Claremont (la serie de 1982 que inspira la cinta) eran fascinantes. Es más que nada un viaje emocional de Logan, algo que realmente me interesó enseguida e hizo que quisiera participar en el guión e involucrarme en la película. La idea de hacer acción intensa en una cinta que tuviera también corazón me resultaba muy estimulante.
¿Cómo es el viaje que Logan emprende?
Va en todo momento sobre la inmortalidad. El problema si eres inmortal como Lobezno es que tienes la ventaja de que vivirás para siempre, de que eres prácticamente indestructible, pero el inconveniente y el dolor de tener que ver a todos a quienes amas morir. Verás el mundo que conocías desvanecerse, veras el amor desvanacerse y dirás adiós a todos y cada uno de tus familiares, las personas que amaste, amigos y cualquiera a quien conociste. Todos partirán y tú seguirás. Así, todos los que Lobezno ha querido han muerto, algunos por sus propias manos, de tal forma que sus poderes le dan una sensación de maldición, son la fuente de su soledad. Eso define una prisión y hacen que se convierta en el centro de la lucha en su película.
¿Y cómo nos encontramos con él al principio de la película?
Ha perdido a su mujer, a los X-Men, a su mentor y está perdido totalmente. Lo interesante es que si atiendes a la literatura y mitología japonesa, allí hay un samurai sin maestro, el llamado “ronin”, alguien cuyo guía ha muerto. Deambula por la tierra sin saber qué hacer con sus habilidades. Creo que de forma similar contemplamos a Logan, como uno de esos caballeros que ignoran qué hacer en adelante y para qué están aquí, un soldado sin rumbo. Ignora también quienes son sus amigos y su razón vital.
¿Y emocionalmente?
Está a disgusto con la humanidad. Si te levantas todos los días para sacar de problemas a la gente, en algún punto sencillamente acabas diciendo “al Diablo con ellos, que sufran”. Hay un nivel en el que te hundes cuando estás roto por dentro, y creo que eso es algo realmente interesante que exploramos, algo en lo que Hugh también se mostraba interesado en captar. Queríamos comenzar en un lugar oscuro. Una de las cosas que tiene esta película es la oscuridad de su héroe.