El pasado mes de junio, Steven Spielberg (en la imagen) y George Lucas denunciaban en un acto conjunto la situación del cine estadounidense actual de gran presupuesto, que según ellos no solo estaría a punto de implosionar debido al exceso de oferta sobre la demanda, sino que estaría ahogando además a las producciones medias y a cualquier director con una visión propia dentro del entramado corporativo/industrial en que se ha convertido el séptimo arte de aquel país.
Spielberg y Lucas afirmaban que, pese a todo lo que le han dado a Hollywood durante los últimos cuarenta años en términos de taquilla, sus últimos proyectos, Lincoln y Red Tails respectivamente, habían estado a punto de quedarse sin producir y distribuir al no ser susceptibles de recaudar millones y millones de dólares.
Pues bien, la noticia que ahora os ofrecemos viene a redundar en esta idea, ya que Spielberg ha rechazado dirigir American Sniper, un ambicioso y polémico proyecto que le había ligado durante los últimos meses a Bradley Cooper, protagonista y productor del mismo, y que contaría, a partir de una autobiografía del miembro de los Navy SEALs Chris Kyle reescrita para la pantalla por el guionista Jason Deal Hall, las andanzas de un tirador de élite tan acostumbrado a matar insurgentes en Oriente Medio que su vida cotidiana y familiar en Estados Unidos se veía convertida en un infierno.
Al parecer, Spielberg quería subrayar los aspectos dramáticos de American Sniper, mientras que los estudios que respaldan la película —Warner Bros. y DreamWorks, del que Spielberg es por cierto ejecutivo— insistían en que se realzasen la acción y la violencia, ya que el presupuesto requerido por el film es abundante.
Ante esta situación, Spielberg ha decidido abandonar, encontrándose en la insólita situación de no tener ninguna realización en perspectiva, ya que la superproducción Robopocalipsis, basada en la novela homónima de Daniel H. Wilson, se halla en el dique seco desde enero al ser su coste también excesivo para sus responsables, que exigieron a Spielberg y el guionista Drew Goddard sentarse para reescribir el guión de forma que saliese más barata.