Aunque este verano de 2013 han fracasado en la taquilla estadounidense más superproducciones de lo esperado, la acumulación de grandes títulos en la temporada (hasta 18) ha hecho que la asistencia a los cines norteamericanos y, por extensión, del resto del mundo —salvo, quizás, España, por crudo que suene— se cuente ya entre las más rentables de los últimos años.
Es por ello que Hollywood está apostando por películas de menores presupuestos y argumentos más ingeniosos, pero eso no quiere decir que en próximas temporadas vayamos a dejar de sufrir un aluvión de blockbusters llenos de fantasía y efectos visuales. Más en concreto, el verano de 2015 será uno de los más enloquecedores que se recuerdan para los adictos al cine comercial.
Y es que solo Disney, poseedora de Marvel, estrenará Los Vengadores: La Era de Ultron y Ant-Man. Pero además llegarán a los cines el reboot de la franquicia Terminator, la quinta entrega de Piratas del Caribe (Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales) y Jurassic World, reinicio de la saga Parque Juríasico (en la imagen).
Y todavía hay más: la adaptación del videojuego Assassin’s Creed, con Michael Fassbender; Independence Day 2, secuela de uno de los mayores éxitos populares de los años noventa; y la cinta aún sin título que enfrentará a Batman contra Superman. Todo ello, a falta de que se concreten fechas de estreno de otras grandes producciones como Prometheus 2, Mission: Impossible 5 y Blancanieves y la Leyenda del Cazador 2.