Sería interesante saber si el grado de eficacia que desprende Diario de un escándalo como melodrama sería el mismo sin los dos portentos de la interpretación que son Judi Dench y Cate Blanchett. Además del talentoso dúo, llevando la traslación de la novela de Zoe Heller a imágenes se encuentran profesionales del calibre de Patrik Marber, autor de la exitosa obra teatral Closer, y Richar Eyre, encargado de la dirección y artífice de Iris o Belleza robada.
No obstante, la narración se resiente al llevar la adaptación a la pantalla de una manera algo funcional en la que, de no ser por el talento de las dos actrices, su resultado final no hubiera trascendido lo más mínimo. Tanto su puesta en escena como el ritmo adoptado para el desarrollo de los acontecimientos, no deja de ser un superficial enfoque de la truculenta relación de amistad surgida entre Bárbara (Judi Dench, ganadora de un Oscar por Shakespeare in love y nominada por este trabajo además de otras cinco veces más) que encarna una hastiada y ya talludita profesora, y Sheba (Cate Blanchett, Oscar por El aviador) una joven profesora recién llegada al mismo instituto. La atracción que siente Bárbara por Sheba no tarda en hacer su aparición, y la relación ilícita de Sheba con uno de sus alumnos pondrá a Sheba en manos de su perversa (?) amiga.
Con un bagaje teatral a sus espaldas, el director permite un espléndido lucimiento interpretativo alzando una cinta que iba camino de convertirse en simple correcto telefilme de sobremesa. Y es que rara vez una novela consigue culminar de manera sobresaliente su traspaso al cine, conocida teoría que se hace una vez más palpable a los ojos del espectador que haya leído el libro tras asistir a la proyección de una producción de amplias posibilidades y escasos resultados.
La traición, los celos, el engaño, elementos desencadenantes de la acción, ilustran en Diario de un escándalo el unico sentimiento que parece compartir nuestro dúo protagonista, la soledad entendida, eso sí, de manera muy diferente y motivo por el cual sus vidas darán un vuelco irremediable.
Pobre en el terreno narrativo aunque poderosa en el recital que nos brinda el elenco -salvo alguna salidita de tono de la Blanchett cuando se enfrenta a la prensa- resulta algo insustancial por una realización anodina en lo demás y en la que sólo la voz en off, coresía del texto de Zoe Heller anima de tanto en tanto una función que prometía más.