En 2010 se producía un relevo interesante en lo que a películas de terror preferidas por el público norteamericano se refiere. Saw VII (en la imagen), enésima entrega de la franquicia de terror extremo creada por James Wan y Leigh Whannell, fracasaba en su cita anual con los espectadores con motivo de Halloween, mientras que Paranormal Activity se convertía en un acontecimiento.
Parecía con ello que la saga Saw había llegado a su final, y casi cuatro años de silencio lo confirmaban. Sin embargo, ahora se descubre que el estudio responsable de Saw y sus continuaciones, Lionsgate, tan solo pretendía dejar reposar el producto, creyendo que solo había dado síntomas de cansancio por su excesiva frecuencia de estreno (una película al año).
Así pues, según lo informado por la página especializada Bloody Disgusting, la octava entrega de Saw está "en desarrollo activo" por parte de Lionsgate, desconociéndose todavía si la película arrancará allá donde terminaba Saw VII, o si supondrá un reboot del concepto, como hoy es habitual.