El estudio Disney, como os informábamos el pasado mes de julio, quiere producir una versión en imagen real (todo lo real que permitan los efectos digitales, queremos decir) de El Libro de la Selva, clásico literario de Rudyard Kipling sobre la crianza por parte de animales salvajes de un niño robado a sus padres, Mowgli.
Sin embargo, cuanto más tiempo pasa, más conscientes son los ejecutivos de Disney de que esa película no se puede llevar a cabo de cualquier manera. En primer lugar, porque el estudio produjo en 1967 una versión animada del relato de Kipling que todavía hoy es una de los títulos Disney más populares. En segundo lugar, porque solo hay que retroceder hasta 1994 para toparse con otra adaptación en imagen real de El Libro de la Selva, la protagonizada por Jason Scott Lee, Cary Elwes y Lena Headey para Stephen Sommers. Y, en tercer lugar, porque la película a producir tendrá que competir con otra que prepara a lo grande un estudio rival, Warner Bros., al ser ya los derechos de la obra de Kipling universales.
Por ello, Disney ha recurrido a los oficios de Jon Favreau (en la imagen), que preparaba para el estudio desde hace un tiempo otro proyecto, Magic Kingdom (basado en los parques temáticos de la Mouse House). Sin embargo, Magic Kingdom tiene graves problemas de guión, habiéndose contratado sucesivamente para resolverlos al novelista Michael Chabon y la gente de Pixar, por lo que el realizador tendrá tiempo libre de sobra para dedicarlo a El Libro de la Selva.
Favreau saldría así del estancamiento creativo en lo relativo a superproducciones que le atenaza tras la fallida Cowboys & Aliens (2011). Desde entonces, el director de las exitosas Iron Man (2008) y Iron Man 2 (2010) solo ha firmado episodios de series televisivas como Revolution y The Office, y la comedia culinaria Chef, que ha vuelto a reunirle con su amigo Robert Downey Jr. (secundado por el propio Favreau, Sofia Vergara y Scarlett Johansson) y que se estrena en mayo de 2014.