Directora de éxito en su país de origen, la danesa Susanne Bier ha logrado con su último estreno llamar a las puertas de Hollywood con la nominación a la mejor película extranjera este año. Haciendo un breve repaso a los recursos utilizados en el filme Después de la boda, no resultaba excesivamente complicado pensar cómo esta pequeña producción había podido llegar tan lejos. Y es que es sobradamente conocido el gusto de los académicos por la elección del drama con todas las letras para arañar votos dentro de la meca del cine comercial, y eso es justo lo que se propone aquí, una película que nos habla de la família como enclave fundamental y de los secretos que se esconden a partir de un desarrollo dramático que va in crescendo a lo largo de todo el filme.
Aclamada por la crítica tras probar suerte con el dogma –que parece ser requisto indispensable si eres danés- en Te quiero para siempre, con la sucesiva opción a premios en diversos festivales internacionales Susanne Bier insiste una vez más en la vena dramática, erigiéndose abanderada del sentimentalismo más exacerbado. Su mayor apuesta se confirma gracias a un elenco potente decidido a recorrer todos los estados emocionales posibles, provocando en el espectador un sinfín de sentimientos que acaban por saturar en demasía las dos horas que, por lo visto, necesitaba la directora para desentrañar la historia.
Con estos elementos, la cineasta junto a su fiel compañero en el guión Anders Thomas Jensen, que cuenta en su haber con libretos de éxito como Mifune, Wilbur se quiere suicidar o la citada Te quiero para siempre, se recrean en el dolor de los personajes, poniendo especial atención en las miradas y gestos de los protagonistas (los planos de los ojos son muy recurrentes) de tal manera que el agotamiento se apodera de la audiencia ante tanto sufrimiento (aquí encontramos el culpable en la figura del visceral Rolff Lassgard, visto en "Under de sun").
No es de extrañar que haya arrasado en su país puesto que la extrema dedicación a tocar la fibra sensible del respetable suele dar excelentes resultados en taquilla. No obstante, no se encuentra entre lo mejor de la cineasta danesa a la que le hubiéramos agradecido un poco más de contención al abordar una historia que se deja ver, pero que queda lejos de la ambición de sus anteriores propuestas.