Dentro de la actual fiebre hollywoodiense por lanzar nuevas versiones de títulos emblemáticos, ahora es el turno de Robocop. Un remake que tiene en un lujoso reparto y la interesante elección de su director sus mejores bazas.
De la pantalla a la página
Aunque Robocop no es un personaje perteneciente al mundo del cÓmic, su naturaleza intrínseca está relacionada con el mundo de las viñetas. No en vano sus creadores, los guionistas Edward Neumeier y Michael Miner, admiten la influencia de obras como Juez Dredd, American Flagg, Ronin o Batman: el regreso del caballero oscuro (las dos últimas de Frank Miller, futuro guionista de las dos secuelas) a la hora de dar forma al personaje y su mundo. Debido a ello el trasvase del cine a la viñeta era inevitable, mediante una serie editada por Marvel obra de Alan Grant y Lee Smith. Tras el fin de la misma los derechos pasaron a manos de Dark Horse, que publicó varias miniseries. Entre las mismas destacaba una en la que le enfrentaba con Terminator, obra del citado Miller y Walter Simonson. Tras varios años en el limbo editorial los caminos de Miller y el personaje se cruzaron de nuevo en 2003, mediante la adaptación al comic del guión original de Miller para Robocop 2. Editada por Avatar Press y espectacularmente dibujada por el español Juan José Ryp, esta historia tuvo su continuidad en un par de especiales. Tras un breve etapa editada por Dynamite comics (incluido un nuevo crossover con Terminator), actualmente la editorial BOOM! Studios es la encargada de los derechos. Sus futuras novedades incluyen una adaptación del guión original de Miller para Robocop 3 así como una serie de especiales que sirven como precuela a la nueva versión presentada en el remake.
Michael Keaton: reverdeciendo laureles
La presencia de Michael Keaton en el reparto posiblemente servirá para que muchos se reencuentren con un actor cuya carrera parecía haber quedado estancada. Nacido como Michel Douglas –su nombre artístico es un homenaje al astro del cine mudo Buster Keaton- su carrera empezó a despuntar en los 80 gracias a su habilidad para el género de la comedia en films como Turno de noche (1982), Johnny peligroso (1984) o Pisa a fondo (1985). El estrellato le llegó de la mano de Tim Burton, quien le eligió para protagonizar Bitelchús (1987), Batman (1989) y Batman vuelve (1992). Objeto de polémica sobre lo idóneo de su elección, su trabajo como el hombre murciélago le permitió demostrar su versatilidad en otros géneros como el drama -Alcohol y coca (1988)- y el thriller -De repente un extraño (1992)-. Sus trabajos junto a Ron Howard, Kenneth Branagh o Quentin Tarantino confirmaron su talento una vez renunció voluntariamente al papel de Batman. Sin embargo la llegada del nuevo siglo le cogió con el paso cambiado, limitándose mayormente a papeles secundarios en películas de escasa repercusión. No obstante 2014 parece ser su año: a su participación en la nueva Robocop se une el anuncio de una secuela de Bitelchús que le reuniría con Burton y su protagonismo en Birdman donde, a las ordenes de Alejandro González Iñárritu, interpreta un papel hecho directamente a su medida: el de una antigua estrella de cine, famoso por interpretar a un superhéroe, que relanza su carrera mediante una obra de teatro. Una suerte de exorcismo personal que podría devolverle a primera fila.