Aprovechando la época navideña, Disney lanza un título muy apropiadamente invernal para tratar de recuperar el esplendor que durante la década de los 90 (con La bella y la bestia y El rey león a la cabeza) logró reverdecer los años de gloria de la compañía, y que en épocas más recientes ha visto brotes verdes de la mano de producciones como ¡Rompe Ralph! o Enredados. Después de noventa años haciendo cine –se ofrece un simpático cortometraje antes de la película, conjugando un homenaje al primigenio Mickey Mouse con la modernidad–, es de agradecer que haya productos como el que aquí nos ocupa, capaz de lograr que salgas del cine bastaste satisfecho.
Frozen, el reino del hielo adapta libremente La Reina de las Nieves, de Hans Christian Andersen, y le añade los elementos justos y necesarios para crear una película de empaque: brillantes números musicales por aquí, unos cuantos secundarios carismáticos –y no demasiado cargantes, cosa siempre de agradecer– por allá... El argumento no resulta tan previsible como en otras producciones de estas características (aunque el tramo final se estira más de lo deseable), la complejidad psicológica de los personajes y de sus conflictos ofrecen alicientes añadidos a los espectadores ya talluditos, y además no se hace excesivo hincapié en la búsqueda del marido perfecto para la princesa de turno.
Si tenemos en cuenta las dosis controladas de azúcar y cursilería, la frescura de algunos planteamientos y comportamientos de los personajes, y a ello le añadimos una factura técnica apabullante –los diseños de los escenarios helados, la manifestación de los poderes de Elsa–, así como una combinación muy equilibrada entre aventura, drama, humor y música, no podemos sino concluir que estamos sin duda ante una de las mejores cintas de Disney en lustros –Pixar no cuenta, obviamente–, y quizá la mejor película de animación del presente ejercicio, capaz de contentar y fascinar un amplio rango de edades, desde niños de Infantil hasta padres que se teman lo peor, a la vista de experiencias cinematográficas previas. Todo un logro que, esperemos, marque el regreso por la puerta grande de la gran compañía que en otros momentos nos ha ofrecido grandes hitos.