Parece que James Wan, su director, y los ejecutivos de Universal Pictures, el estudio que la produce, han hallado una fórmula para concretar Fast & Furious 7 tras la muerte hace unas semanas de uno de sus protagonistas, Paul Walker, que obligó a cancelar el rodaje de la película para reescribirla.
La solución prevista no es que el personaje encarnado por Walker, el policía renegado Brian O'Conner, muera, sino que se despida de sus compañeros de aventuras y se reúna con su pareja, Mia (Jordana Brewster), para llevar una vida más pacífica a la llevada en los films previos.
Para conseguirlo, los responsables de Fast & Furious 7 no descartan recurrir incluso a los efectos digitales (como se hizo con el también fallecido Brandon Lee para acabar El Cuervo en 1994), aunque confían en que baste con lo filmado con Walker hasta que este falleciese en accidente, para apañar la situación en la sala de montaje.