Existe vida en el cine popular norteamericano más allá de los superhéroes; cine adulto e inteligente. Y nadie mejor que David Fincher (Se7en, La red social) para llevarlo a cabo. Fincher se halla embarcado ya en la post-producción de su último thriller, Gone Girl (Perdida), adaptación de la novela homónima de Gillian Flynn, que se estrenará el próximo mes de octubre.
Gone Girl, como sabe todo aquel que haya leído la novela de Flynn, es una intriga matrimonial con final no ya sorprendente sino de lo más asfixiante. Sin embargo, Fincher, con la complicidad de la autora, que ejerce en el film como guionista, se ha atrevido a modificar ese desenlace, a fin de hacer la acción más clara y convincente de cara a los protagonistas (encarnados en la pantalla por Rosemund Pike y Ben Affleck, ambos en la imagen, promocional) y los espectadores.
Así lo ha desvelado Flynn en una entrevista concedida a Entertainment Weekly: “El mismo Ben Affleck se ha quedado asombrado de cómo he destruido con un martillo el tercer acto de mi novela, que se llevó dos años de mi vida, a la hora de escribir la película. Pero a veces no hay más remedio, si quieres que las cosas funcionen en otro medio”.