El guionista Simon Kinberg tiene una misión: diseñar una saga basada en la popular marca Magic: The Gathering. El objetivo, colocarse a rebufo de El señor de los anillos y apelar a los fans del popular juego de cartas para tener asegurada una base de espectadores.
Kinberg, muy ocupado estos días por sus labores en las cintas de cómic de la productora, ha recibido el encargo de ejercer de productor pero sobre todo diseñar la arquitectura de la serie de películas. En un tiempo en que estos planteamientos parecen apuntar a la televisión, el suyo debe dirigirse al cine, forma de llevar a lo grande un traslado de la marca propiedad de Wizards of the Coast.
Magic es un juego de cartas enormemente popular entre el público especializado que nació en 1993 y recoge un universo variado de personajes con distintas habilidades y poderes, de tal forma que los jugadores coleccionan con avidez las cartas, para posteriormente reunirse en competiciones para poner a prueba su catálogo (los encuentros gozan de tal popularidad que llegan a desarrollarse a nivel mundial). Veremos si con esos rasgos logran seducir a los fans y apelar al mismo tiempo a audiencias mayores como para que la franquicia sea una realidad.