Una de las consecuencias del tremendo impacto crítico y popular que está teniendo la última colaboración conjunta del director Martin Scorsese y el actor Leonardo DiCaprio, El lobo de Wall Street (que en su primer fin de semana de exhibición en España ha recaudado 2,7 millones de euros), ha sido el instantáneo salto a la fama de la bella Margot Robbie, que encarna en el film a la segunda mujer del financiero sin escrúpulos Jordan Belfort.
Robbie (en la imagen), hasta ahora más o menos familiar para el público por su aparición en series como Vecinos (2008-11) y Pan Am (2011-12) o la reciente Una cuestión de tiempo (2013), se ha convertido de la noche a la mañana en una de las actrices más cotizadas de Hollywood, con el peligro que ello conlleva dado lo volátil del show business.
Así, la rubia actriz sustituirá a Amanda Seyfried en Z for Zachariah, drama posapocalíptico con Chris Pine y Chiwetel Ejiofor que está previsto dirija Craig Zobel; aparecerá junto a Will Smith en Focus, comedia romántica sobre dos estafadores que realizarán Glenn Ficarra y John Requa; y participará en Tarzán, nueva visión cinematográfica del personaje creado por Edgar Rice Burroughs que filmará David Yates y protagonizará Alexander Skarsgard para Warner Bros.