Es un tópico, pero no está de más repetirlo: el cine no avanza sólo con grandes películas. Ni siquiera con películas medianas, vulgares y artesanales. El cine es mucho más que eso, y como tal ha de ser tomado: con sentido del humor, apertura de mente y una mirada vacía de condescendencia. Pero no, tampoco este artículo pretende reivindicar el cine cutre y divertido, que ancla sus orígenes en la serie Z y que tiene hoy dignísimos representantes en mercenarios de la talla de Pedro Temboury o Julián Lara; ya habrá otro momento para eso. Su intención es abordar aquellas películas, perros verdes dentro de la industria, que aspiraban a normales, o a cine de género sin más, y encallaron en el intento. Como se verá, a este crítico ninguna de las películas que aquí se abordan le parece mala en sentido estricto; muchas de ellas, por el contrario, le parecen excelentes, y ocupan en su corazón de cinéfago un espacio más grande que, pongamos, “El laberinto del Fauno” o “Volver”.
Me gustaría que este pequeño y apañado ránking se viera como una lanza rota en pos de algunos autores (o artesanos, lo mismo da) que tienen que enfrentar su arte a diario con la cerrazón mental de ciertos críticos o ciertos espectadores, representados una vez al año por los temibles premios Godoy, o los anti-Goya, y con la condescendencia de un público que no anda para sutilezas. Así, pues, bienvenidos a este pequeño viaje en el que los reyes no serán por una vez ni Almodóvar ni Amenábar, sino Antonio del Real, Álvaro Saenz de Heredia y Javier Elorrieta, y las damas de honor tomarán las gráciles y bellas formas de Daniela Costa, Blanca Jara o Paloma Maldonado. Las líneas que siguen no son aptas para cinéfilos serios y convencionales: avisados estáis.
12. No debes estar aquí
(2002)
Dir.: Jacobo Rispa Int.: Pablo Echarri, Tristán Ulloa, Marián Aguilera.
Un título disuasorio para la taquilla justifica en parte el fracaso comercial y, cómo no, crítico, de esta entretenida película de suspense, con más de un elemento interesante en su desarrollo y cierta, bienvenida, amoralidad en el punto de vista, no sólo en sus personajes. En el reparto destacan las siempre notables Pilar Punzano y Marián Aguilera, el guión está bien armado, con más de un guiño a los libros de Chuck Palhaniuk. Con todo, lo que más queda en el recuerdo es la fantástica escena de sexo por Internet entre Echarri y Aguilera: nada que envidiar a las cimas de Bigas Luna y Vicente Aranda. Por esta misma época se estrenaría otra película de corte similar, “Más de mil cámaras velan por tu seguridad”, más desmadrada y psicotrónica, pero menos conseguida que ésta.
Valoración en el IMDB: 5.2 sobre 10. 117 votos.
11. GAL
Dir.: Miguel Courtois Int.: Jordi Mollá, Natalia Verbeke, José Coronado.
Cuando se estrenó “Lobo”, el perspicaz Fausto Fernández dio en la diana desde las páginas de Fotogramas, mentando el olvidado espíritu del zorro viejo José Antonio de la Loma, autor de incunables como “Escuadrón” o “Jugando con la muerte”. Y es que la película de Courtois era precisamente eso: una serie B hinchada y combativa, tan valiente en su espíritu como consciente de su condición de chascarrillo político oportunista y descarado. Pues bien, lo que en “Lobo” daba el pego, en “GAL” muestra demasiadas veces su condición de exploit verbenero, lo que dentro de este artículo no es que sea malo, sino que es mejor. La forma vence al fondo, y el fantasma de la caspa da al traste con las intenciones de sobriedad y rigor. Mejor para nosotros, que consideramos que la contención es un vicio, y no una virtud.
Valoración en la IMDB: 5.2 sobre 10. 70 votos.