Alucinante viaje donde mejor se refleja el absurdo de la guerra y concretamente, de la de Vietnam.
Basada libremente en la novela de Joseph Conrad, "El Corazón de las Tinieblas", narra el viaje que comienza el Capitán Benjamín a través de la guerra como un nuevo Ulises; pero esta vez no buscara Ítaca sino a Kurtz, un oficial del ejercito de los Estados unidos que se ha perdido el norte; ahora Kurz se cree dios y tiene todo un ejercito de nativos sembrando el terror, al final de río. La misión de Benjamín (Martín Sheen) será la de encontrarle y si no vuelve al "buen camino", matarle.
La película es una sucesión de escenas en las que Coppola, de una manera magistral, nos enseña el otro lado de un conflicto armado; el que la mayoría de cine norteamericano no nos quiso enseñar...
La locura del frente, el uso abusivo de drogas, el desconocimiento de por qué se lucha...
Mención especial hay que realizar sobre el caótico rodaje muy bien reflejado en el documental que la mujer de Coppola realizó, donde se muestra desde los problemas que sufrió Sheen por la acumulación de cansancio, sumado a la ingesta cantidad de alcohol y drogas, pasando por el derroche de producción que llevó a disparar el presupuesto de la película.
Este dato queda plasmado en la anécdota en que Coppola hizo traer para una residencia francesa que se encuentran a lo largo del río, todo tipo de productos directamente desde París; está escena jamás se vio en el montaje final.
Además, estuvieron los problemas con la climatología, llegando al extremo de tener que rehacer un decorado que había sido arrasado por un tornado.
El film es una verdadera factoría de iconos cinematográficos, ¿quién no recuerda a Robert Duvall practicando surf en medio de un bombardeo del vietcong, o el ataque de los helicópteros sonando de fondo la carga de las Walkirias?
Y por supuesto ese principio, uno de los mejores de la historia del cine, donde vemos a Sheen totalmente borracho bailando delante de un espejo y como poco a poco se funde con el ruido de los helicópteros y el de las aspas del ventilador.
No podemos terminar esta reseña sin hablar de Kurtz, es decir, de Brando, llenando la pantalla con esa imagen, la cabeza totalmente rapada y sudorosa, haciendo que en el subconsciente colectivo se nos quede grabado su imagen.
Y no olviden que "this is the end , my only friend, the end..."