Mal empezamos si tenemos que reseñar que Desafío a la muerte no llegó a pasar por las salas de cine en Estados Unidos, sino que se estrenó directamente en dvd. Se trata de algo negativo porque, tratándose de un intérprete como Jean-Claude Van Damme –lo de actor sigue siendo discutible a estas alturas, por desgracia–, sólo constata el declive de su carrera como protagonista de una serie de productos orientados hacia los amantes de los mamporros acrobáticos y los argumentos de acción más simplones, dignos de la serie B o de un pase televisivo a media tarde de un fin de semana cualquiera.
Van Damme ha afirmado querer alejarse de los papeles que ha interpretado hasta el momento, con la intención de buscar nuevos registros dramáticos. Suponemos que ahora que el belga ya está mayorcito pretenderá reciclarse para no acabar cayendo en el ridículo que hacen esos héroes de acción entrados en años y kilos que aspiran a reverdecer laureles a base de seguir haciendo lo mismo de siempre (¿alguien dijo Stallone?).
El cambio de registro hace que nos las veamos con un Van Damme algo distinto a lo habitual, menos preocupado por repartir golpes que por añadir matices a su limitado repertorio de muecas. Un intento loable, qué duda cabe, pero cuando está al servicio de un argumento tan desangelado como el de Desafío a la muerte cae en saco roto. Será mejor que Jean-Claude vaya rogando porque en un futuro Quentin Tarantino haga con él lo mismo que con John Travolta y Pulp Fiction.
La historia es la de Anthony Stowe, un policía de Nueva Orleáns corrupto, drogadicto y con problemas matrimoniales que recibe un disparo en la cabeza y acaba en coma durante seis meses. Después vendrá su recuperación, de ciertos parecidos con A propósito de Henry, y cuando todo parece encauzarse y los propósitos de enmienda de Stowe van tomando forma reaparece el pérfido mafioso que casi acaba con su vida (un Stephen Rea tremendamente desaprovechado), forzándole a un enfrentamiento definitivo. Estamos ante una película de acción con un tramo intermedio bastante aburrido donde apenas pasa nada y Van Damme habla más de lo que nos tiene acostumbrados, así que los amantes de los disparos quedarán algo despagados durante un rato.
Como datos adicionales, decir que dirige Simon Fellows (que ya había trabajado con el belga: véase En territorio enemigo), y que el guionista Dan Harris fue uno de los muchos que participaron en el argumento de X-Men 2 o Superman Returns. Total, meros detalles para un intento fallido de establecer un punto de inflexión en la carrera de una estrella del cine de acción en pleno ocaso.