El espectacular sistema de proyección IMAX, al que casi todas las superproducciones de hoy han cedido parte o la totalidad de su metraje a fin de que este destaque más en las enormes pantallas que caracterizan el formato, vive una sorprendente paradoja en lo que llevamos de 2014.
Y es que el IMAX se había expandido mundialmente al doble de pantallas en los inicios del año, y, pasados los tres primeros tercios de este, se descubre que las recaudaciones han disminuido en un 3%. Teniendo en cuenta que, lógicamente, deberían haberse multiplicado por dos, estaríamos hablando de una repentina y muy tangible muestra de desinterés por este tipo de proyección justamente cuando había empezado una expansión crucial.
El ejecutivo de IMAX Richard Gelfond ha reconocido la importancia de los malos datos, aunque según él se deben a un problema estacional muy concreto, no a que el sistema haya dejado de ser atractivo para el público: "El IMAX", ha manifestado Gelfond, "es ya sinónimo de la manera lógica y natural en que debe verse un blockbuster, y ese género está lejos de hallarse en crisis. Solo cabe pensar que continuaremos aumentando nuestra presencia en la industria y en los hábitos de los espectadores".