A la chita callando, el cine protagonizado y dirigido a la tercera edad va ganando terreno en la cartelera, dada la mayor esperanza de vida y que los mayores son los únicos que van al cine a estas alturas, más que nada porque no se aclaran por lo general con el tema de las descargas.
Es la razón de que abunden proyectos como And So It Goes (en la imagen, su rodaje), que hoy os comentamos, que despiden un innegable tufo a naftalina pero que no dejan de tener su interés sociológico y que, insistimos, sin hacer demasiado ruido, se hacen con suculentas recaudaciones en todo el mundo.
En el caso que nos ocupa, nos hallamos ante una tragicomedia romántica escrita por Mark Andrus (Mejor... imposible, La casa de mi vida) y dirigida por el veterano Rob Reiner (Misery, Ahora o nunca), sobre un achacoso y egoísta agente inmobiliario que habrá de lidiar de improviso con una nieta que desconocía tener, y al que ayudará en sus inéditas labores de abuelo una encantadora vecina...
Como el lector habrá deducido del titular de nuestra noticia, el agente inmobiliario está interpretado por Michael Douglas (una vez superado definitivamente su cáncer) y su pizpireta vecina por la incombustible Diane Keaton, auténtica reina del tipo de cine que ejemplifica And So It Goes (traducible, por otra parte, como Así va la cosa).