Son tres historias de personas que renacen, sufren o mueren ante la luz de una pantalla con olor a sucio; todas ellas con el elemento común de los perros, ya sea para utilizarlos en ruines peleas para sacar dinero, de apoyo faldero a una modelo desgraciada o como propia familia de un hombre que perdió a la suya, ahora vagabundo y solitario.
Pese a poseer las historias nexos comunes -todos perrunos- éstos toman forma casi etérea, y da la impresión de que las historias podrían funcionar perfectamente solas, con la consecuente pérdida de solidez de conjunto que se supone que tiene que poseer un film "comercial".
Así, las sensaciones al salir de la proyección son diferentes, ya que se han contemplado Tres Historias Diferentes: "a mi me ha gustado más la 2ª y la 3ª", o "a mi la 1ª". Pero esta aparente falta de unión es algo plenamente consciente; el guión tuvo más de 35 revisiones antes de comenzar a ser rodado, según dicen.
Las historias de diferentes miserias humanas, desde chaboleros a top-models, son poderosas y nobles, aunque hubieran ganado más valía si se hubieran nivelado -conscientemente o no- con mayor pericia. Tal y como están suenan a 3 ladridos de un perro solitario, en vez de jauría terrible de muchos a la vez, siempre más poderosa y letal que un solo perro, aunque sea fuerte y con mucho pedigrí.