Pocas horas después de que, como os anunciábamos este fin de semana, Edgar Wright abandonase la realización de Ant-Man debido a difusas diferencias creativas con Marvel Studios, se sabe que Drew Goddard, responsable de llevar a la televisión también para Marvel a uno de los superhéroes insignia de la editorial, Daredevil, también abandona el barco. Su sustituto será Steve S. DeKnight (Buffy, Espartaco, Angel, Dollhouse).
Goddard, guionista de Monstruoso y Guerra Mundial Z y director de La cabaña en el bosque, había sido uno de los fichajes más ambiciosos de Marvel; su misión estribaba en escribir y dirigir el primer episodio de la serie consagrada al abogado ciego Matt Murdock, y en coordinar el resto de la primera temporada.
Sin embargo, Goddard había firmado para dirigir en el seno de Sony Pictures Los Seis Siniestros, spinoff de The Amazing Spider-Man, y la producción de esta ha sido al parecer adelantada por Sony a principios de 2015, de cara a su estreno en 2016; por lo que a Goddard le resultaba imposible compatibilizarla con Daredevil, en la que seguirá figurando como productor ejecutivo y como responsable de los dos primeros episodios en tanto guionista.
Recordemos que a Marvel le interesa que Los Seis Siniestros salga lo mejor posible pese a estar auspiciada por un estudio rival, ya que posee los derechos sobre el merchandising de Spider-Man y demás personajes de su universo: cuanta más repercusión tengan los productos audiovisuales sobre ellos, más dinero irá a sus arcas en conceptos de muñequitos, tarteras, gomas de borrar, condones y demás objetos de consumo fugaz.
En cuanto a la marcha de Edgar Wright de Ant-Man, se confirma no ha sido un despido; no ha tenido que ver, como se había dicho en un principio, con su lentitud y perfeccionismo a la hora de dirigir la película.
La razón de la marcha de Wright estriba, según ha revelado The Latino Review, a que ni él ni su coguionista, Joe Wright, han aceptado las reescrituras del guión, ya pactado con Marvel, a que el estudio ha sometido la película en pleno rodaje, por aquello de asearla de aristas morales y hacerla más vendible de cara al dichoso merchandising. Como resultado, el guión que ha vuelto a las manos de Wright había quedado tan reducido a lo convencional, a una película que podría realizar cualquiera, que el británico ha decidido renunciar después de estar ocho años implicado en el proyecto.
Se da la triste circunstancia de que Kevin Feige, directivo supremo de Marvel, había declarado en más de una ocasión que, si producía Ant-Man, era solo para que la realizase Wright, dado su carácter jocoso e irreverente como cineasta (manifestado sobradamente en su trilogía del Cornetto: Shaun of the Dead, Hot Fuzz, Bienvenidos al Fin del Mundo). Sin embargo, a la hora de la verdad, parece haber pesado más en el ánimo de Feige el facturar un producto que no dé problemas y que ayude a vender, de nuevo, muñequitos, tarteras, gomas de borrar, condones y demás objetos de consumo fugaz.
Wright se convierte así en otra víctima de la política Marvel de poco riesgo artístico y cineastas baratos en todos los aspectos. Política que en los últimos años ya se había cobrado las cabezas de Jon Favreau, Patty Jenkins, Carter Burwell o Brian Kirk.