En el año 2002, cuando el mundo aún estaba estremecido por los atentados del 11 de septiembre del año anterior, obtenía un gran éxito global una de esas comedias románticas que parece están destinadas a hacer una taquilla normal, pero que misteriosas circunstancias encumbran hacia lo más alto.
Nos referimos a Mi gran boda griega (en la imagen), oda a la integración del inmigrante en Estados Unidos -puede que una de las razones de su éxito- a través de la historia de una joven de aquel país que se resistía a aceptar las tradiciones familiares en torno al matrimonio y acababa triunfando en ámbitos distantes al entorno del restaurante regentado por su padre; también en el amor, pues conquistaba el corazón de un apuesto profesor de inglés (toda una metáfora también).
Nia Darvalos fue la guionista y productora de Mi gran boda griega, que, con un presupuesto ridículo, 5 millones de dólares, logró en las taquillas de todo el mundo 360 millones, amén de una nominación al Oscar. Tan singular fue el éxito de aquel film, que Darvalos fue incapaz de repetirlo en títulos como Connie y Carla (2004) o Con el amor no hay quien pueda (2009).
Por ello, y cumplida su ilusión de ser madre, no es de extrañar que Darvalos haya decidido volver a escribir y protagonizar una continuación de Mi gran boda griega, en la que también habrá lugar nuevamente para el actor John Corbett. Rita Wilson, Tom Hanks y Gary Goetzman se contarán entre los productores de una segunda peripecia de Toula Portokalos (la propia Darvalos), centrada, en esta ocasión, en el descubrimiento de un secreto familiar que pone a prueba todas sus convicciones. El film se estrenará presumiblemente en 2015.