Esta semana la cárcel asalta la cartelera con dos proyectos estrenados en pequeñas salas. Ambos filmes dan a conocer, desde puntos de vista y tratamientos diferentes, a un puñado de "juguetes rotos" cuya conflictiva actitud ante la vida les ha llevado a pasar una larga temporada entre rejas. Si en Septiembres, el director Carles Bosch expresa sus inquietudes valiéndose del género documental tan pródigo últimamente en nuestra cinematografía, la alemana Cuatro minutos entra de lleno en el terreno de la ficción dando paso a una “presuntamente” desgarradora historia cuyo principal soporte radica en la difícil relación entre una anciana pianista y una joven convicta. La acción discurre en el interior de una penitenciaría berlinesa donde una profesora de música (Mónica Bleibtreu, madre en la vida real de Moritz Bleibtreu, actor de Corre Lola Corre) descubrirá el don musical oculto en las manos de Jenny (Hannah Nerzsprung), una joven reclusa a la que le brindará la oportunidad de presentarse a un certamen musical para nuevos talentos.
Cuatro minutos nos acerca al proceso de aprendizaje de dos almas completamente ajenas la una de la otra, que sin embargo logran reunirse en algún punto del camino donde que la redención adopta la forma de nota musical. Este viaje muestra en su narración ciertos altibajos, situación que resta intensidad a una producción que en un principio parecía una apuesta fuerte del cine alemán tras el éxito imparable de La vida de los otros.
Quizá movido por el repentino auge de la cinematografía alemana, y antes de ser estrenada en su país, este filme pudo hacerse con varios galardones en difentes festivales donde se estrenaba, lo que le hizo convertirse en uno de los mayores éxitos del año en Alemania. Con este curriculum lo que logra alcanzar es la categoría de estimable cinta, gracias en gran parte a la buena interpretación de su pareja protagonista, dúo que funciona a la perfección aunque la dirección peque de cierto funcionalismo hasta el punto de que da la impresión de que han seguido la misma fórmula una y mil veces (en Hollywood han echado mano a esta receta mágica con ejemplos como El indomable Will Hunting, Buscando a Forrester y otras muchas más).
En cierta medida la película sale victoriosa con escenas tan bellas como la última imagen que nos enseña la actriz que da vida a Jenny, pero en todo caso no pasará a la historia como a buen seguro ha hecho La vida de los otros.