Que la Academia nos haya incluido entre las posibles candidatas al Oscar nos ilusiona porque constata una apuesta de futuro
Sabemos que has desarrollado una larga carrera como realizador de cortos, spots y vídeos musicales, pero para el público tu debut tras la cámara con ‘El Orfanato’ puede suponer una sorpresa. ¿Cómo has llegado hasta aquí?
Estudié en la Escuela de Cine de Cataluña, y de esa época proceden los primeros cortos, ‘Mis Vacaciones’ [1999] y ‘El Hombre Esponja’ [2002], y también mi primer videoclip; a partir de entonces, de una manera natural, fui encadenando trabajos en los mundillos de la publicidad y los vídeos musicales.
¿Y cómo surge la oportunidad de ‘El Orfanato’? ¿Cómo llegaste a un proyecto tan ambicioso?
En realidad, aunque ‘El Orfanato’ tenga un presupuesto un poquito más alto de lo habitual tampoco está por encima de la media del cine español. Sí es cierto, desde luego, que goza de una producción aseada, gracias sobre todo a que conozco a Guillermo del Toro desde hace muchos años y él se implicó mucho para echarnos una mano y conseguir que concretáramos la película que teníamos en la cabeza.
A propósito de Guillermo del Toro, él ha descrito en alguna ocasión su labor como productor diciendo, ‘si a mí me necesitan allí estaré, y si no me requieren me callo la boca y me voy’. ¿Es así?
Sí, él siempre fue muy sensible a la posición que ocupaba como productor. Ten en cuenta que también ha sido un director producido a su vez por otros directores [Almodóvar por ejemplo, en 'El Espinazo del Diablo' (2001)]. Por tanto sabía perfectamente qué lugar ocupaba cada cual, aunque por supuesto nos hizo muchas sugerencias útiles, y le hicimos caso más de una vez. Básicamente, lo que Guillermo hizo fue crear el espacio de libertad que necesitábamos para desarrollar la película. Una libertad tanto a nivel creativo como de producción.
Para ti el fantástico es un género en el que te sientes cómodo, de hecho eres un habitual del Festival de Sitges, donde precisamente conociste a del Toro. Pero, ¿hasta qué punto es ‘El Orfanato’ una película fantástica, de terror?
A mí, en efecto, me encanta el cine fantástico, pero de alguna manera ‘El Orfanato’ es una película planteada con mucha libertad, no nos hemos dejado encorsetar por un género. A medida que va avanzando la historia va traspasando las barreras del fantástico para transformarse en un melodrama, arrastrado por la fuerza del personaje que encarna Belén Rueda, Laura, esa mujer valiente que busca, bucea en su pasado cuando descubre el poder de la amenaza que se cierne sobre su hijo.
¿Hasta qué punto has trabajado sobre el guión original de Sergio G. Sánchez? ¿Reescribiste algo para llevarlo a tu terreno, o confiaste en la labor de puesta en escena para recalcar los elementos que más te interesaban?
Yo creo que he hecho el trabajo estándar que puede hacer un director con un guión que le gusta y que a la vez busca hacer suyo, considerando en cualquier caso que el trabajo de Sergio era espléndido y me limité, en efecto, a subrayar los aspectos de la historia en un desarrollo posterior.
‘El Orfanato’ se ha rodado en Asturias, y tú has destacado que querías hacer una película ‘con sabor localista’. ¿Querías reforzar la idea de que es importante la ubicación concreta de un film con vistas a su efecto en el público?
Lo que buscábamos ante todo era una verosimilitud en lo que contábamos, que fuera realista dentro de los límites que puede dejar el género fantástico. Sergio [Sánchez] es asturiano y todos los escenarios donde ubicó su guión, importantes para su desarrollo, existen, lo que nos impulsó a reproducirlos en los decorados.
Belén Rueda ha declarado que, a diferencia que en ‘Mar Adentro’, en la que sentía que debía demostrar una calidad como actriz que muchos no habían apreciado en sus trabajos televisivos, en ‘El Orfanato’ se ha sentido más segura. ¿Cuál ha sido tu impresión?
Desde luego Belén se ha manifestado muy segura, muy fuerte en el papel, que es exigente, y de hecho ha llevado el personaje de Laura a niveles que yo no había percibido previamente y que no hubiera podido completar por mí mismo. Su fortaleza, su imagen como madre, verla así, fue una ayuda enorme para el guionista y para mí.