El estreno de 'The last kiss' revisión de la italiana 'El último beso' y enlazada temáticamente con la excelente 'Algo en común' también protagonizada por Zach Braff, nos trae un nuevo guión del oscarizado Paul Haggis ('Million Dolar Baby', 'Crash') a la espera del estreno de su última película presentada en la Mostra de Venecia.
Los que sabemos que Clint Eastwood no hace las cosas por casualidad acudimos rápidamente a la red para saber quién era ese tal Haggis que firmaba el guión de Million Dolar Baby. Los distintos enlaces nos llevaban por la carrera de un desconocido en nuestro país que había realizado un largo viaje desde las series de tv, no esas que refulgen ahora en las parrillas de la Fox y HBO, si no aquellas en que había que poner alma a actores como Chuck caracartón Norris en Walker Texas Ranger, a la relamida tripulación de Vacaciones en el mar o a los abogatas de L.A. Law. Tras ver la peli de Eastwood olvidamos todas las precauciones: aquí hay chicha, joder, un escritor a seguir, un demócrata liberal en la línea seguida por muchas stars hollywoodienses (Clooney, Sarandon, Robbins, Penn...) que en los últimos años nos señalan en sus películas los deterioros de la sociedad estadounidense. La nuestra, o sea; como hubiera dicho Umbral.
Lejos queda ya el órdago que el joven Haggis lanzó a su padre: dedicarse a escribir guiones sin ninguna otra actividad que le distrajese. Afortunadamente, el sueño americano ha hecho mella en algunos progenitores y Haggis sr. aceptó financiar indefinidamente a su hijo hasta que cumpliera su vocación. No fue baladí el intento, Haggis jr. vendió su primer guión tres años cuatro meses tres semanas y dos días después de aquel brindis. No nos queda más que celebrar esa persistencia como suponemos que la celebró el señor Haggis aunque por motivos distintos.
La apuesta de Clint no se quedó ahí. Haggis también escribió los guiones del mural sobre Iwo Jima que dirigió el jinete pálido. E inmediatamente después asumió la dirección de un proyecto propio de significativo nombre: Crash, onomatopeya castizamente traducida en los carteles españoles como colisión. Crash le hizo el corazón a Haggis durante el rodaje al sufrir un infarto del que volvió dos semanas después para terminar la película. Resulta que el amigo Paul ya se las había visto con la dirección en alguna de las series que creó y escribió, y aquí nos dejó una realización muy actual, siguiendo la tendencia de relato fragmentado y coral que tan excelentes películas ha dado en los últimos años: desde la ya clásica Vidas Cruzadas de Robert Altman hasta las de cineastas más recientes como Stephen Gaghan (Syriana), Paul Greengrass (United 93) y, sobre todo, el triple de Alejandro González Iñárritu (Amores perros, 21 gramos y Babel).
No le importan los retos a Paul. Tras aquellos tres años y pico de negro sobre blanco sin verde en los bolsillos, afrontar la reescritura de un Bond debió parecerle un juego. El reto no era sencillo, había que igualar la saga del agente secreto a las franquicias de héroes que arrasan en las taquillas cada año. Alcanzar a los Bourne, McClane y Hunt que nos llevan puntualmente al cine. Y encima con actor nuevo en la serie. Pues bien, ahora tenemos a un Bond que suda, que se cansa, que dice tacos mientras le baten los huevos, que se enamora y al que dan calabazas. Habrá quien añore a aquel Bond de smoking blanco que no se despeinaba ni haciendo slalom, pero el acierto con la puesta al día del personaje ha salido bien. ¿O es que les importa a los jóvenes que hoy día van al cine si el martini es agitado y no revuelto?
A Paul se le amontonan los proyectos y nos alegra. Vuelta a la televisión con la serie de ambiente familiar y criminal Los hermanos Donnelly donde se recrea una trama al estilo Los Soprano siguiendo las pautas de realización, montaje y fotografía de Scorsese en Uno de los nuestros y Casino. Nuevo Bond para 2008 y quizá proyecto producido por Spielberg. Mientras tanto, aquí podemos seguir haciendo afición con The last kiss, revisión de la italiana El último beso, a la que Haggis ha aportado como guionista su particular visión de las relaciones humanas, el porqué y cómo condicionan nuestro comportamiento desde los extremos más humanos a los más despiadados.
Pronto llegará a nuestras pantallas En el valle de Elah, estrenada en la Mostra de Venecia 2007, que promete calidad y buen cine, así como otro rapapolvo a la política internacional norteamericana.
Escríbenos, Paul.