Aunque parezca difícil de creer tratándose de un festival español —con lo que ello implica en cuanto a primacía tradicional de nuestro cine en su programación—, la Seminci de Valladolid ha tenido que llegar a su 52 edición, celebrada entre el 26 de octubre y el pasado sábado 3 de noviembre, para otorgar su máximo galardón, la Espiga de Oro, a una cinta realizada por un compatriota.
El afortunado ha sido Gerardo Olivares, un cordobés que se adentraba en la ficción tras haber abordado previamente el documental en Televisión Española y en su ópera prima La Gran Final (2006). Su segunda película, 14 Kilómetros, guarda algunas similitudes con ese género, al estar protagonizada por actores no profesionales y al haber abordado en clave hiperrealista la odisea de tres subsaharianos que desean emigrar a Europa.
14 Kilómetros también ha acaparado los galardones a la mejor banda sonora original (obra de Santi Vega) y a la mejor fotografía (de Alberto Moro).
Por su parte, la producción polaca Plaza del Salvador, realización de la pareja formada por Joana y Krzysztof Krauze sobre las angustias económicas de una familia, ha obtenido la Espiga de Plata y el pemio a la mejor actriz para su protagonista, Jowita Budnick. Y en el apartado complementario de mejor actor, el elegido ha sido Karl Markovics por su interpretación en la película del austriaco Stefan Ruzowitzky Los Falsificadores.
La cinta israelí La Visita de la Banda recibió los premios al mejor nuevo director (Eran Kolirin) y al mejor guión, centrado en una historia de reconciliación entre judíos y musulmanes a través de la música. Mientras, la crítica especializada prefería destacar El Vuelo del Balón Rojo, del habitual de festivales Hou Hsiao Hsien, y el público a la comedia Juntos Nada Más, del francés Claude Berri.
La Espiga Honorífica de esta edición fue para el productor italiano Alberto Grimaldi (El Último Tango en París).