En las últimas horas Robert Downey Jr. se ha convertido en el centro de una polémica a propósito de la lengua madre de Iñarritu, y que viene de cuando promocionando Birdman este último definió al cine de superhéroes como genocidio cultural (expresión esta que hizo celebrar a Downey que un extranjero fuera capaz de utilizarla, algo que ha irritado a numerosos periodistas hispanos).
Pues bien, el actor que da vida a Iron Man sigue de promoción por el estreno de Los Vengadores, y ahí ha tenido ocasión de referirse a otro desencuentro, de distinta naturaleza, con un mexicano: con Alfonso Cuarón iba a rodar Gravity, pero se acabó apartando de lo que fue un enorme éxito en taquilla.
“Fui a hacer un test con una especie de cámara multiesférica que usaban para ver cómo hacían todo el CGI [añadidos visuales por ordenador]. Soy uno de esos tipos que pueden estar cómodamente incómodos con facilidad, y quizá estaba con el periodo o algo, pero fui por la mañana, estuvimos unos veinte minutos y pregunté: ‘Esto es una locura, ¿cuánto tiempo más hace falta?’, y me dijeron, ‘Quedan como entre dos y cuatro horas más’, y yo dije ‘Pues no’”.
De esta forma, Robert profundiza en lo que en su momento Cuarón resumió como un problema de actuar en relación a la logística del rodaje. En todo caso, en la misma entrevista en The Howard Stern Show, el actor está lejos de mostrarse contrariado o resentido por el éxito de la cinta: “Debes abandonar antes de enloquecer”.