No solo es la distribución ilegal/alegal de películas, es fundamentalmente la difícil transición a lo digital: cualquier forma de entretenimiento se encuentra atrapada entre los viejos canales y la necesidad de alimentar su industria tradicional, y los nuevos formatos con sus propios desafíos.
En ese sentido, tanto libros como películas o videojuegos se han enfrentado antes a la misma disyuntiva: apostar por el soporte digital se encontraba con el rechazo frontal —traduciéndose incluso en boicot— de las cadenas de distribución tradicionales, algo inasumible a corto plazo. Pero poco a poco las cosas van cambiando, y en ese sentido la forma de avanzar de Paramount hace intuir un antes y un después en los plazos de exclusividad para la gran pantalla.
Ya el pasado mes se supo que la compañía había alcanzado un acuerdo con AMC y Cineplex para que dos de sus películas (Paranormal Activity: The Ghost Dimension y Scout’s Guide to the Zombie Apocalypse) llegaran a soporte digital solo 17 días después de finalizar su recorrido en salas de cine. Teniendo en cuenta que gran parte de las películas están en el cine entre un mes y seis semanas, con las más populares alcanzando los dos meses y medio (diez semanas), y que hay un plazo acordado de 90 días para llegar a su distribución en DVD con el fin de animar a la gente a acudir a las salas de cine, el cambio parece un primer paso importante. Ahora se habrían sumado otras pequeñas compañías como National Amusements, Alamo Drafthouse, iPic, Landmark Cinemas, y Southern Theatres (New Orleans), que pese a su escaso peso de forma aislada, alcanzan ya las 8000 pantallas.
Aun así, todo hace pensar que estaríamos ante una forma de buscar con mayor celeridad la rentabilidad de las cintas menores. El paso de conseguir que grandes blockbusters lleguen a estar disponibles para visionado doméstico con una mayor proximidad sigue pareciendo algo lejano, aunque quizá por esta vía los distribuidores vayan acostumbrándose a la idea.