¿Con qué dificultades se encontró a la de dar vida a un personaje que en la película comienza con diecisiete años y termina al final de su vida, en la vejez?
Esa fue la parte más difícil para todos. Al principio Mike Newell, el director, pensaba contratar a actores más ancianos para hacer la parte final de la película, pero al final prefirió que nosotros lo hiciésemos todo. Fue muy difícil y muy interesante. También por la cuestión del maquillaje, cinco horas, todos los días... Pero todo el mundo me ayudó a mi alrededor. Fuimos a Cartagena un mes antes de empezar el rodaje para trabajar con un coach de la voz y los movimientos del cuerpo. Todos eran conscientes de las dificultades pero se pusieron los medios para que todo saliese de la mejor manera posible. Fue muy interesante, todos realizamos trabajos que ninguno sabía hacer ni había hecho antes. Yo, claro, no sabía interpretar a una persona mayor, pero fue muy interesante porque aprendí mucho.
La película se centra en un triángulo amoroso entre dos hombres y una mujer. ¿Cree que su personaje, Fermina Daza, está enamorado de ambos hombres?
Creo que Fermina ama a los dos de forma diferente. En la vida de las personas no hay un amor perfecto, hay diferentes tipos de amor. Ella quiere mucho a su marido, lo ha elegido para ser el padre de sus hijos y vive toda su vida con él hasta que éste muere. Pero eso no quiere decir que no puede querer de otra forma a otro hombre. Ella tiene a Florentino en un lado de su corazón, lo tiene presente, pero sabe que no puede vivir su vida con ese hombre. Y yo lo entiendo, entiendo que una mujer tan joven como Fermina decida rechazar a Florentino, porque una forma de amor tan romántica pero tan irreal puede dar miedo, porque es, de alguna manera, como revelar una forma de fragilidad. Entiendo porque Fermina prefiera a otro hombre para construir una familia y una vida. Pero no creo que eso implique que ame a uno más que a otro. Son dos cosas completamente diferentes y ella los tiene a los dos en dos sitios diferentes de su corazón, cada uno tiene su lugar. Y ella no confunde las dos cosas porque es una mujer muy determinada pero muy coherente, no elimina a ninguno.
Ésta es la primera gran superproducción internacional en la que participa fuera de su país, Italia. ¿Ha notado muchas diferencias a la hora de rodar?
Sí, es un poco diferente, pero sólo en lo que se refiere a toda la maquinaria porque al final, en el momento de decir acción, cuando tú tienes que actuar, eso es lo mismo en todo el mundo. Eres tú, con tu personaje y tienes que hacerlo salir de una forma u otra. A veces lo hacer muy bien y a veces no tanto, pero ese momento es igual, estés rodando en Italia, en Colombia, en Los Ángeles o en Madrid. Ese momento, si haces tu trabajo honestamente y al máximo, ese momento es el mismo y no vas a hacerlo mejor porque estés en un película americana con más presupuesto
¿Qué es lo que más te ha sorprendido en tu trabajo con tu pareja en la película, Javier Bardem?
Me ha sorprendido más como persona, porque, claro, a Javier yo lo conocía ya de sus películas. Javier es una personalidad única, muy intensa e inteligente, muy sensible. Me impresionó mucho el ver como pone todas esas cualidades en su trabajo, para su personaje. Es el único actor que he conocido en mi carrera que lo da todo por la película y creo que si Javier está teniendo todo ese éxito es, claro, por su talento como actor, pero sobre todo por su personalidad. Tiene una personalidad excepcional, en el sentido más completo de la palabra. Es una persona única y eso lo distingue de muchos otros actores. Fue una experiencia increíble profesionalmente pero sobre todo humanamente. Porque yo descubrí un ser humano único y un compañero de trabajo extremadamente generoso y cercano a los otros.