Quizá porque el reto sea excesivo, quizá porque eso le deja sin trabajo o anula su personalidad, el director de fotografía Roger Deakins —que trabajará de la mano del realizador Denis Villeneuve en la materialización de la secuela de Blade Runner— no quiere que la continuación luzca como la primera parte.
En una entrevista con Collider, Deakins se ha mostrado rotundo a la hora de querer separar ambas cintas para dar autonomía a la segunda parte (algo que en cierta manera hace cuestionar si no sería lo más lógico habida cuenta de que ese es su papel como secuela). "No es la película original, visualmente no tiene por qué ser en absoluto como el original. Tiene que aguantarse sobre sí misma, su propio guion, su propia historia", explica Deakins.
A la hora de defender su voluntad de dotar a Blade Runner 2 de una estética propia, Deakins llega al extremo de infravalorar muchas cualidades del original, que reduce prácticamente a su secuencia más célebre, a la que deja como apenas un hallazgo: "La original fue grabada de forma maravillosa, pero para mí lo más poderoso que tiene es la muerte de, cómo se llama el actor, Rutgere Hauer, su muerte bajo la lluvia con la paloma blanca. Y entonces ves el documental sobre la realización de la película y te enteras de que eso es algo que se les ocurrió el mismo día".
Ahora solo queda por comprobar cuál es el estilo propio de Deakins, si resulta natural como continuación, o si puede individualizar a esta como lo logró la de la primera parte.