El actor Silvester Stallone se encuentra estos días en Madrid con motivo de la presentación de la última entrega de Rambo, que se estrenará el próximo viernes 1 de febrero. Stallone, que también ha dirigido y producido el film, ofreció este lunes 29 de enero una rueda de prensa en el estadio Santiago Bernabeu, donde aprovechó para afirmar de forma tajante que su película “es violenta porque la guerra es violenta y el mundo es violento”. En efecto, si por algo destaca esta última entrega del ex boina verde es por su salvaje tratamiento de la violencia en el contexto de una guerra civil como la birmana. “Es brutal pero hay que mostrar esa realidad. Mientras estamos haciendo esta rueda de prensa hay decenas de jóvenes que están muriendo”, afirmó el actor y director estadounidense.
Stallone se mostró en todo momento seguro y orgulloso de su trabajo y aseguró que este tratamiento de la sangre, más que un recurso para atraer a la gente a las salas, es una forma de resaltar su honestidad. “Si esta va a ser la última película de Rambo, quería ser honesto”, afirmó al respecto, sin dudar en reconocer que podía haber ganado más dinero haciendo una cinta más suave, a la manera de los otros Rambos ("más hollywoodienses", según sus propias palabras), pero que la brutalidad era un recurso necesario para mostrar la realidad de esa “lucha contra el infierno en la tierra”, como calificó el actor la situación que desde hace años vive la población birmana.
Tras el éxito obtenido con el regreso de Rocky el pasado año (causa en última instancia de que se decidiera por desempolvar a su otro gran personaje), este nuevo capítulo de la saga que se inició en el año 82 con Acorralado (First Blood) debería servir para cerrar ambas franquicias cuyo rendimiento económico ha sido ya suficientemente explotado.