De entre los varios directores que para bien o para mal se han acercado a la obra de Stephen King, el guionista y director Frank Darabont ha sido el que mejores resultados ha obtenido con las adaptaciones cinematográficas del famoso escritor norteamericano. Su primera obra, un cortometraje titulado “Dollar Baby”, ya fue una adaptación de una novela de King, quien, a partir de este corto le concedió a Darabont los derechos de su novela breve “Rita Hayworth and the Shawshank Redemption”. El resultado fue “Cadena Perpetua” (1994), que consiguió varias nominaciones a los oscars, entre ellos el de mejor película y mejor guión adaptado.
En 1999 Darabont volvió a llevar una obra de King a la gran pantalla, “La milla verde”, que, al igual que la anterior, fue un gran éxito de crítica y público y también vino acompañada de nuevas nominaciones. Después del éxito cosechado por ambas, no resulta nada extraño que Darabont haya vuelto a inspirarse en un relato de King para su nueva obra.
Pero si tanto en “Cadena perpetua” como en “La milla verde” estábamos ante historias más realistas que fantásticas, en “The Mist” el terror y la fantasía juegan papel importantísimo, aunque dentro de una trama argumental que gira en torno a la propia naturaleza del ser humano. En este sentido, el recurso fantástico a la niebla (con esos bichos que habitan en su interior y que se dedican a absorber a sus víctimas), sólo es una excusa para que los protagonistas se encierren en un supermercado y allí den comienzo sus verdaderos problemas, sumidos en una desesperación y una ansiedad profundas que les convierten en más bestias que las propias bestias.
Darabont consigue atrapar al espectador con un guión sólido y muy bien estructurado (aunque en ocasiones el ritmo se haga un poco lento), diseccionando la condición humana y su comportamiento ante situaciones de pánico y de terror como las experimentadas por los protagonistas del film. Si a ello añadimos la presencia de una fanática religiosa que consigue atraer a buena parte de los encerrados haciéndoles conscientes de que la niebla no es otra cosa que la llegada del Apocalipsis, podemos hacernos una idea de la delicada situación que allí dentro se vivirá.
El gran mérito de La Niebla es sin duda su poder de identificación y su apelación al nivel emocional del espectador, ya que el miedo y la ansiedad que padecen las personas encerradas en ese supermercado es similar al que podríamos sentir nosotros en una situación semejante, algo que seguro pasará por la mente de muchos mientras asistan a la proyección. La presencia de los monstruos y bichos queda reducida a contadas ocasiones ya que éste no es para nada su punto fuerte (como deja entrever el descuidado uso del ordenador y los efectos especiales en las escenas en que aparecen los tentáculos de los monstruitos). Lo mismo ocurre con la banda sonora, prácticamente inexistente, aunque aquí entendemos que el director pretendía otorgar más realismo a la situación dejando a un lado la música como potenciador del drama.
En definitiva, una cinta de terror psicológico bastante correcta, con un guión sobresaliente, un buen reparto y un desenlace final que no dejará indiferente a nadie y que seguro será objeto de controversias entre los puristas de King, puesto que Darabont se separa radicalmente del relato original para aportar su granito de arena. Y vaya granito.