Enfrentados es, básicamente, la historia de una larga persecución. En los Estados Unidos de finales del siglo XIX, un personaje huye a la desesperada de un individuo que le persigue con la ayuda de un grupo de cazadores de recompensas. Mientras dure la cacería nos iremos desplazando por diversas localizaciones del salvaje oeste, y seremos testigos de cómo los personajes van topándose con una serie de secundarios de muy diverso tipo, casi siempre con consecuencias positivas o negativas para ambos bandos.
En principio el espectador desarrolla una cierta simpatía por el perseguido, por aquello de que vemos cómo está pasando por mil dificultades, aunque el guión nos reserva un giro argumental que quizá nos haga replantearnos nuestra toma de postura inicial. Lástima que el tráiler destripe de forma escandalosa un dato que no se nos revela en la sala de proyección hasta que no ronda el minuto 80 de metraje. Eso es un spoiler y lo demás son tonterías.
Pierce Brosnan resulta más creíble que nunca –tampoco es decir mucho, pero léase como algo positivo– en la piel de una presa desesperada y sucia, y un siempre correcto Liam Neeson muestra una faceta más despiadada de la que nos tiene acostumbrados a ver. Ambos cargan sobre sus espaldas con el peso de la cinta, ayudados inestimablemente por los paisajes agrestes por donde transitan durante casi dos horas, retratados por la impresionante fotografía de John Toll.
Enfrentados es un atractivo western al viejo estilo, con personajes parcos en palabras que atesoran una historia que contar detrás de cada cicatriz y cada arruga de su piel, sumergidos en un salvaje oeste en su más pura acepción, tan crudo y violento como las personas que por él se mueven. Además de su laconismo hay un cierto tono onírico que nos recuerda a otros productos cinematográficos que buscan desmarcarse de la calificación fácil, como es el caso de la reciente First snow (Mark Fergus, 2007).
Sin embargo, cuando la película debería haber echado el cierre, el guión firmado al alimón por el director David Von Ancken y Abby Everett Jaques se empeña en alargar la historia innecesariamente durante casi media hora adicional, introduciendo algunos elementos que no hacen sino desvirtuar el acertado rumbo que se había estado siguiendo hasta el momento, restando enteros a una producción que, eso sí, logra de todos modos convertirse en una historia a ser tenida en cuenta en la cartelera actual.