Melodrama interesante cuando deja de lado la afectación emocional, ideológica y narrativa
En 1982, el director Manuel Summers estrenaba To er mundo e güeno, primera de una serie de tres películas consistentes en hacer de transeúntes inadvertidos víctimas de unos montajes con cámara oculta que los implicados se tragaban con una preocupante mezcla de cobardía y estupidez, aunque Summers prefiriera tildar esas reacciones de bondadosas para justificar el carácter exploit del producto. De ahí su título burdamente naif, que le vendría como un guante a la nueva película del alemán de ascendencia turca Fatih Akin siempre que cambiásemos el modo verbal en que se conjuga: si la cámara de Summers se limitaba a señalar una cualidad ética (otra cosa es el nombre que se le adjudicara), la de Akin, en complicidad con su escritura, fuerza una perífrasis de obligación, con el efecto de que Al Otro Lado está a punto de naufragar por la sobredosis de posibilismo buenrollista y afectado que recorre sus imágenes. To er mundo ha de se güeno.
Esa infección ideológica, que azota las salas de v.o.s. con el beneplácito de un público hipócrita que ansía, como cavilaba Nixon ante un retrato de John Kennedy en el film de Oliver Stone, verse reflejado como querría ser en vez de como es, diluye película a película la rabia, la verdad, que transmitía el primer largo de Akin estrenado en España, Contra la Pared (2004); una historia de amor sin duda excesiva, pero en la que se imbricaban acertadamente las pulsiones individuales con el trasfondo sociocultural que a su director le es familiar, y que saltó a autocomplaciente primer plano en su documental Cruzando el Puente: Los Sonidos de Estambul (2005), tripi musicológico saturado de multiculturalidad mestiza que debió de propiciar muchos orgasmos democráticos una vez concluidas las últimas proyecciones de viernes y sábados...
Al Otro Lado también los disparará, con su estructura episódica, viajera, coral y juguetona temporalmente a lo Babel —cuyo guionista, Guillermo Arriaga, recibe un agradecimiento expreso por parte de Akin en los créditos finales—; con ese desfile políticamente correcto de libreros metrosexuales, activistas lesbianas y putas de buen corazón; con su historia de desencuentros entre padres e hijos cuya conclusión zen pasará por el reconocimiento de ese “otro lado” donde todo es amor y el mundo puede cambiar, obviando que para llegar hasta allí las criaturas de ficción han tenido que resignarse a adoptar el grosor y el perfil de un recortable; y con los chirriantes efectismos emocionales y narrativos a que recurre Akin (discutible el premio al mejor guión obtenido por la película en la última edición del Festival de Cannes).
Al fin y al cabo, Al Otro Lado es un melodrama demelenado con atributos propios del siglo XXI: una película de mucho llorar pero, ojo, solidarizándose. Como consecuencia, solo cuando escapa a ese yugo vale la pena. Pensamos en ese conato de relación que establecen Yeter y Nejat, el hijo del hombre con el que la prostituta ha aceptado vivir. En la noche que salen juntas Lotte y Ayten, la refugiada turca que la primera ha acogido en casa de su madre, Susanne. En la conversación telefónica de Susanne y Lotte. En las horas que pasa Susanne en el hotel de Estambul emborrachándose con las bebidas del mueble bar...
Esas secuencias desvelan además ciertas elecciones formales que rompen con las dos películas anteriores de Akin y que a veces son muy efectivas: planos calmos, generales, con una fotografía límpida y poca música extradiegética, que recuerdan a Lejano y Los Climas, de Nuri Bilge Ceylan. También es relevante la inclusión en el reparto de Hanna Schygulla y Tuncel Kurtiz, respectivos intérpretes habituales en la obra de R.W. Fassbinder y Yilmaz Güney, con cuyas presencias Akin reconoce y renueva una herencia cinematográfica dual, germana y turca.
Lástima que tantos elementos de interés estén supeditados a un discurso oficialista de educación para la ciudadanía que, nos tememos, le proporcionará a la película tantos aplausos hoy como un papel más que nada testimonial en futuras historias del cine europeo.