Cuando decae la adolescencia, a uno le suele llegar la sensación de tener que salir de casa de sus padres escopetado es algo necesario. Como por general, no hay dinero para poder alquilarse un estudio en los Campos Elíseos, se suele compartir un piso gris y pequeño en Moratalaz con otra gente desconocida hasta el momento de compartir techo: freaks, tías buenas estudiantes, becados Erasmus a perpetuidad en España, ligones de pub, etc...
Este es el planteamiento básico de GENTE PEZ; una sabia comedia ligera -dentro de su obvia y débil freakez- que no tiene más pretensión de la que destilan sus imágenes: pasar ante los ojos intentando entretener a consciencia. Aquí, por desgracia para algunos, no se habla de la Globalización, del efecto invernadero, de la imigración...Aquí se habla con gracia y ligereza de follar, de rock, de comics, de porno, pero intentando tamizarlo entre las simples relaciones de los personajes dentro de su propia monotonía urbana.
Muy interesante el hallazgo de los microcortos independientes de un minuto que se van insertando en la trama de la película. Funcionan como descanso en el viaje que es la película, relajando la acción o a veces acelerándola, aunque no tengan nada que ver estas historias con la trama principal que las envuelve, la de la película, pero enriqueciéndola en su conjunto.