Si hay películas que hacen del cine arte, si lo llevan por encima de las historias, de la ficción, de los sucesos imposibles y los sueños visuales, con obras capaces de desmenuzar suavemente emociones y arrancarlas a unos personajes para ofrecérnoslas a nosotros, agradecidos espectadores, eso es gracias a cintas como Lost In Translation.
Uno puede creer que un encuentro entre un hombre maduro y una chica joven en un escenario extraño, puede llevar a muchos tipos de amor que suenen a ecos intemporales mil veces reproducidos en la epidermis de las distintas modalidades de cine romántico. Pero cuando un autor (autora), libre de ánimos experimentales, plúmbeos, o delirios autocomplacientes, se centra en la sencillez de lo humano, y con un optimismo cálido sabe hacer discurrir la trama por entre metraje refrescante, la satisfacción del redescubrimiento realza su nombre, lo libera del peso de un apellido (Coppola) y lo lleva a un lugar propio donde pocas más veces se la tendrá que nombrar con el peso del gran cine de su progenitor.
Tras el largometraje "Las Vírgenes suicidas", éste retrato contemporáneo de sutil sensibilidad nos transporta en cuerpo y alma a la mismísima Tokyo, acompañándonos en la butaca el jet lag, una onírica desorientación, y una pareja repentina con que vivir una de las más bellas historias de amor imposible que, ajena a todo efectismo, se susurra suavemente entre noches insomnes y fríos pasillos de hotel.
Entre silencios y miradas, sin ninguna prisa y con toda la pausa precisa para escuchar mudas declaraciones de amor sincero, el lugar más extraño del mundo, el pastiche de una ciudad luminosa e incomprensible, se convierte en un oasis donde dos vidas distintas se equilibran en un suspiro. Y sin contacto, sin una física explosión en nombre de emociones mayores, rozan el imposible, poco antes de que un conjunto de días extraños terminen por desvanecerse por entre tonos de sencilla melancolía, dejando una puerta entreabierta, terminando una relación entre dos almas que se tocaron y fueron una, y que para siempre, aún en un recuerdo, permanecerán juntas de alguna forma.