El documentalista Michael Moore entiende su actividad como un servicio público, y ya con Farenheit 9/11 había tratado de influir en el curso de los pasados comicios en Estados Unidos (aunque fuese finalmente presidente George W. Bush, a quien Moore vapuleaba en aquella película).
Con Slacker Uprising sus intenciones son más genéricas, pues aspira únicamente a que la juventud de su país abandone la atonía política que les caracteriza y acudan a votar. Es precisamente ese el tema que documenta el film, a través de las vivencias de Moore por decenas de ciudades norteamericanas durante la campaña electoral de 2004.
La estrategia de Moore, que permitirá la descarga gratuita de Slacker Uprising desde la página oficial de la película a partir del 23 de septiembre y durante tres semanas antes de editarla en DVD, no carece de lógica; con ella elude los condicionantes que imponen estudios y distribuidoras, y que han hecho sin ir más lejos que su anterior documental, Sicko, centrado en el sistema de salud estadounidense, aún no se haya estrenado en nuestro país.