La ciudad de Manchester se convirtió, a finales de los años 70, en símbolo de modernidad al albergar el trepidante ascenso y posterior caída de la discográfica Factory Records.
La historia, que abarca casi dos décadas de música, sexo y drogas, parte de una idea original de Michael Winterbottom y Andrew Eaton, que sitúan la acción bajo la óptica de Tony Wilson, dueño de la Factory y creador de la mítica discoteca “Hacienda”.
Aprovechando al máximo la opción del vídeo digital, Winterbottom imprime a la narración de un estilo caótico y vitalista, características tan propias de la época que el Director de “Wonderland” y “El perdón” ha logrado plasmar con total autenticidad.
Todo empieza con la asistencia de Tony Wilson al primer concierto que dieron los Sex Pistols para treinta personas. A partir de ese momento, el director recrea el surgimiento de bandas tan emblemáticas como Joy División- posterior New Order- y Happy Mondays, sin olvidar el nacimiento de la, ahora tan de moda, cultura rave.
Así pues, lo que en un principio iba a ser una crónica musical acaba convirtiéndose en puro divertimento cáustico, donde el personaje de Tony Wilson (irrepetible Steve Coogan) brilla con luz propia al componer uno de los papeles más carismáticos y mordaces vistos últimamente en pantalla.
Poco más hay que añadir a “24 hour party people”, salvo que es un imprescindible retrato de una época que rompió con los cánones herméticos del momento, eso sí, rodada bajo el prisma del buen rollo, y es que contar una historia en la que muchos de sus personajes reales aún viven tiene sus ventajas...¿o no?.