Nacido en 1971, Guillaume Depardieu tenía una personalidad conflictiva, agresiva, que algunos achacaban al deseo de llamar la atención de sus padres y otros a la imposibilidad del joven por superar a la figura paterna, Gérard Depardieu, uno de los intérpretes galos más conocidos de todos los tiempos.
Ya con trece años, Guillaume se fugó de casa para vivir con dos prostitutas. Los episodios de alcoholismo y drogadicción se sucedieron a lo largo de su juventud y madurez, y sus arrebatos violentos llegaron a provocar su expulsión del Festival de Gijón celebrado en 1999, tras destrozar su habitación de hotel y tratar de agredir al director del certamen. Paradójicamente, había logrado entrar en el palmarés del festival por su papel en Pola X.
Para colmo, en 1995 Guillaume sufrió un grave accidente de moto que le costó diecisiete operaciones quirúrgicas en su pierna derecha y, finalmente, la amputación de esa extremidad.
En cualquier caso, su filmografía está sembrada de títulos interesantes, entre los que cabe destacar Marthe (1997), Amor, curiosidad, prozac y dudas (2001), Aime ton père (2002), Piel de Ángel (2002) y Versalles (2008). Ganó el César al mejor actor promesa por Les Apprentis (1995), y fue nominado en otras dos ocasiones: por Todas las Mañanas del Mundo (1991) y por Cible émouvante (1993).